Atenas sigue buscando una ayuda del FMI suficiente para afrontar su deuda
El rescate de la economía griega volvió a protagonizar el debate de las autoridades financieras reunidas en la asamblea del FMI. La negociación sigue abierta, porque el plan de los países de la eurozona y el FMI no contiene fondos suficientes para hacer frente al pago de su enorme deuda.GARA |
Veinticuatro horas después del encuentro mantenido por el G-20 en Washington, con la atención puesta en las propuestas de implantar un impuesto a la banca y en el plan de rescate de Grecia, los ministros de Economía y los gobernadores de los bancos centrales de todo el mundo se reunieron ayer, también en la capital estadounidense, para participar en la Asamblea de Primavera del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
La reforma financiera, la evaluación de la salud de la economía mundial y la redistribución del voto en el Fondo, para dar más poder a los mercados emergentes, ocuparon el orden del día, según informó Efe, aunque la crisis en Grecia volvió a ser el gran tema de la jornada.
De hecho, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner, instó a los europeos, al FMI y a las autorida- des griegas a «actuar rápidamente» para resolver la crisis financiera y presupuestaria, según declaraciones a AFP.
El Departamento del Tesoro dijo en un comunicado que Geithner se había reunido con el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, los funcionarios europeos y el ministro de Finanzas griego, George Papaconstantinou, quien se desplazó a Washington con una agenda repleta de contactos para agilizar el desembolso de la ayuda a su país.
Papaconstantinou también se reunió por separado con el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn y Olli Rehn y preveía encuentros con ministros de Hacienda de Rusia, Brasil y China.
El encarecimiento del precio del dinero en el mercado internacional de bonos, llevó a Grecia el viernes a solicitar que se ponga en marcha la puesta el plan ideado hace menos de un mes, como último recurso para aportar dinero de los países de la eurozona y el FMI.
El problema es que el plan no contiene fondos suficientes para evitar que Grecia incurra en el impago de su enorme deuda soberana. Los miembros de la eurozona aportarán este año unos 40.000 millones de euros y el FMI unos 13.400 millones, pero Grecia necesita obtener préstamos por unos 54.000 millones de euros (72.000 millones de dólares) este año. Ha obtenido ya casi la mitad de esa cifra mediante la venta de bonos y otras obligaciones de su Tesorería, pero debe pagar bonos de 10 años por 8.500 millones de euros que expiran el próximo 19 de mayo.
Atenas ya ha puesto en marcha un duro programa de austeridad que reducirá el sueldo de los funcionarios públicos, congelará las pensiones y elevará los impuestos, lo que está desatando importantes protestas populares.
Las posibilidades de que Grecia pague sus obligaciones quedaron empañadas a largo plazo debido a sus perspectivas casi nulas de crecimiento económico, y porque como miembro de la eurozona no cuenta ya con su propia divisa para adoptar una devaluación, una penosa pero rápida válvula de seguridad que podría mejorar la competencia comercial del país.
Según informó AFP, en una comparecencia tras la asamblea, Strauss-Kahn no quiso dar detalles de las negociaciones mantenidas con las autoridades griegas, pero declaró que los ciudadanos griegos no deben temer al FMI. Preguntado sobre la animosidad que la intervención del FMI puede generar entre la ciudadanía griega, en referencia a que pueda verse como una injerencia humillante en un país en el que se respira un cierto anti-maericanismo, Strauss-Kahn dijo que «no era el único país donde el FMI está demonizado».
Desde ayer, un equipo de expertos del Fondo se encuentra en Atenas junto con representantes de la Comisión Europea y del Banco Central Europeo para avanzar en la negociación y llegar a un acuerdo, tras reseñar en Washington que la crisis griega tiene implicaciones en la estabilidad financiera de la UE y a nivel mundial.
Las autoridades financieras globales estudian conceder créditos de emergencia a Atenas, a la vista de que el Ejecutivo heleno puede tener problemas para hacer frente a sus obligaciones de deuda pública.
La reforma de los órganos de poder dentro del FMI para dar más peso a las economías emergentes fue otro de los asuntos de peso en el debate. El ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantega, solicitó una trasferencia del 7% del poder de voto de los países ricos a las naciones en desarrollo.
La propuesta sobre la mesa, presentada por el G-20, es un traspaso del 5%, aunque no está claro si sólo beneficiará a los mercados emergentes, según precisó Efe.
Mantega, quien reclamó que se modifique la fórmula de reparto de poder y dijo que la renuencia a hacerlo es «una demostración de la resistencia injustificable al cambio», exigió, además, que Estados Unidos y Europa acaben con el pacto tácito por el cual Washington se reserva la presidencia del Banco Mundial y Bruselas la dirección del FMI.
Mantega solicitó al FMI, por otra parte, que refuerce su supervisión de las economías de los países ricos. «Aún no hay confianza en que la vigilancia del Fondo sea equilibrada, aunque ha habido algún progreso en esa dirección», dijo. GARA
Un equipo de expertos del Fondo se encuentra en Atenas junto con representantes de la Comunidad Europea y del Banco Central Europeo para avanzar en la negociación, tras una ronda de contactos en Washington.