El auditorio del Palacio Euskalduna acogió ayer a la mañana el acto convocado por los directivos y trabajadores de ``Egunkaria'' para agradecer a la sociedad vasca, y a otros pueblos, la solidaridad recibida en los últimos siete años y dos meses aproximadamente desde la clausura del diario euskaldun y que, en su opinión, ha sido una de las causas de peso para que los jueces de la Audiencia Nacional les hayan absuelto.

Una amplia representación institucional, política, sindical y social, con especial presencia del mundo de la cultura vasca, acudió a la cita, plasmando el crisol de sensibilidades que se unieron en la causa en contra del procesamiento de Martxelo Otamendi, Iñaki Uria, Txema Auzmendi, Xabier Oleaga y el propio Torrealdai.

Fue precisamente este último el encargado de cerrar el acto, rodeado del resto de los absueltos en la sentencia del pasado 12 de abril, una representación del grupo de apoyo a ``Egunkaria'' y los directivos que también están procesados en el sumario económico que debe aún juzgarse en el tribunal especial español. «Eskerrik asko Euskal Herria», remarcó el presidente del Consejo de Administración de Egunkaria, que incidió en el trabajo realizado por cientos de comités de apoyo en pueblos y ciudades vascas pero también en los Països Catalans, Aragón, Asturias y Madrid, así como el respaldo institucional recabado. «Hemos tenido muchísimas ayudas institucionales, personales y colectivas y les queremos agradecer simplemente lo que han hecho por nosotros», insistió Joan Mari Torrealdai.

Esta solidaridad, resaltó el también académico de Euskaltzaindia, es la que hizo que se oyera en el mundo, y también en Madrid, que se iba a juzgar un proyecto periodístico impulsado por el pueblo y a quienes trataban de promoverlo para ayudar al resurgimiento de una de las lenguas más viejas de Europa. Torrealdai abundó en que el movimiento popular a su favor fue el que les dio esperanza y les animó a creer que quienes habían impulsado desde el ámbito político este ataque a la cultura vasca no iban a conseguir su objetivo.

Tras la absolución, advirtió que no hay que bajar la guardia, ya que la «rueda de la injusticia sigue rodando», en referencia al proceso judicial pendiente en el tribunal especial español contra ocho personas por el sumario económico. Para cosechar una segunda absolución, estimó necesario profundizar en la unión de fuerzas y sensibilidades, como sucedió en la causa penal contra ellos. «No vamos a dar lecciones a nadie, pero ya hay una muestra de que esta estrategia ha dado resultados», añadió Joan Mari Torrealdai.

En su alocución, no perdió la ocasión de recordar a las personas que abarrotaban el auditorio del Euskalduna, que el jueves 29 de abril se cumplen siete años de las detenciones contra cargos municipales que impulsaron la constitución de la primera institución nacional que ha tenido Euskal Herria en la época moderna, Udalbiltza. Precisamente, en esta causa hay 22 personas que están pendientes de sentarse próximamente en el banquillo de la Audiencia Nacional y que se enfrentan a peticiones de cárcel de entre 10 y 23 años. Los argumentos esgrimidos por los jueces españoles y la Guardia Civil para sustentar el procesamientos son similares a los suyos.

Antes de dar por finalizado su discurso con un nuevo «Eskerrik asko Euskal Herria», tuvo tiempo para recordar a cuatro personas ya fallecidas -Martin Ugalde, Joxemi Zumalabe, Joseba Jaka y Luis Goia- que hicieron posible el proyecto de ``Egunkaria'', dos de los cuales padecieron las consecuencias del cierre del diario euskaldun en 2003.

Pero la intervención de Torrealdai no fue la única, también lo hizo Xabier Mendiguren, ex presidente de Kontseilua, en calidad de portavoz del grupo de apoyo a ``Egunkaria'', para avalar la importancia que ha tenido el trabajo en común para conseguir la absolución de los cinco imputados; en el escenario le acompañaron Baltasar Errazti, Garbiñe Biurrun, Xabier Arzalluz, Laura Mintegi, Ainhoa Etxaide, Adolfo Muñoz, Jesús Uzkudun y Carlos Garaikoetxea.

Antes, había pasado por el atril del escenario del Euskalduna Agus Pérez, como representante de los comités locales que han trabajado en esta causa, y Lorea Agirre, trabajadora del diario clausurado y autora del libro ``Gezurra'', que remarcaron la implicación de la ciudadanía para que lo que representaba ``Egunkaria'' no se silenciase.

Más tarde lo hizo el madrileño Pedro Casas, quien recordó que fuera de los límites geográficos de Euskal Herria hay personas dispuestas a luchar por causas justas. «No tenéis que darnos las gracias. Hemos cumplido con nuestro deber», resaltó, incidiendo en que su espíritu solidario e internacionalista les lleva a implicarse en batallas a miles de kilómetros y, de ahí, su disposición a ayudar a que la voz de la cultura vasca no fuera silenciada y sus promotores condenados.

Pero no todo fueron discursos, también hubo bertsos de la mano de Maialen Lujanbio, Andoni Egaña y Sebastian Lizaso, la danza con Jon Maia y mucha música diferente por una misma causa con Maddalen Arzallus y Miren Amuriza, Gose, Aitor Gorosabel, los hermanos Ubeda, Katamalo y la txalaparta con Juan Mari Beltrán.