Termina la disputa, perdura el reto
En un final propio de una película de suspense, la alpinista coreana Oh Eun Sun logró ayer coronar la cumbre del Annapurna, convirtiéndose en la primera mujer que logra escalar las catorce montañas que sobre la superficie de la Tierra superan los 8.000 metros de altura. Terminaba así una reñida disputa entre ella y Edurne Pasaban, que se encuentra a una sola cima de igualar ese récord. Queda por ver qué decide sobre la ascensión de Oh al Kachenjunga la conocida como «notaria del Himalaya», Elizabeth Hawley. Pero ahora ésta no es la cuestión. Así lo expresaba la propia Pasaban, que no dudó en felicitar a Oh y a todos aquellos que ayer lograron alcanzar la cima del Annapurna. Entre ellos se encuentra Juanito Oiarzabal, primer vasco en hollar las catorce cumbres y que ahora intenta ser el primero del mundo en repetir ese logro.
El final de esta lucha tiene un efecto positivo añadido para Pasaban, que podrá intentar la ascensión del Sisha Pangma sin la presión inducida por los medios de comunicación, los patrocinadores o los aficionados. Tampoco padecerá la presión que, como ya es habitual en el deporte, meten compatriotas acuciados por la ilusión de ver su bandera ondear en esas cimas, a pesar de no tener ningún interés en el montañismo -ni en las artes marciales, la gimnasia o el deporte paraolímpico, por poner ejemplos en los que deportistas vascos han cosechado logros detrás de los que existe un sacrificio realmente loable-. Pasaban podrá así disfrutar de lo mejor del alpinismo, sufriendo y gozando de un deporte duro y extremo, pero que por eso mismo ofrece sensaciones y vivencias únicas. Si lo logra será además la primera mujer vasca en conseguir ese reto. No es poco.
La lucha entre Pasaban y Oh puede y quizá deba dar lugar a otros debates -sobre el alpinismo, la función de medios y patrocinadores...-. Pero hoy la noticia es que una mujer ha entrado al selecto club inaugurado en 1986 por Reinhold Messner dentro de esa actividad, el montañismo, que sigue apasionando a muchos vascos.