El 16 de abril de 1986 es una fecha grabada con letras de oro por el barcelonismo. Aquella noche, los culés fueron capaces de remontar el tres a cero que les había endosado el Goteborg sueco en la ida. Un hat-trick de Pichi Alonso permitió la igualada y, finalmente, los penaltis clasificaron a los catalanes para la final de la Copa de Europa, de mal recuerdo, ante el Steaua.

Al finalizar el choque, el éxtasis se desató entre jugadores y afición blaugrana. Para la historia, la imagen de un recogepelotas adolescente llamado Pep Guardiola, que abraza a Víctor Muñoz, una de las figuras del equipo que entonces entrenaba el inglés Terry Venables.

Esta noche, a partir de las 20.45 (ETB), el Barcelona deberá volver a apelar a la épica para apear al Inter. Los de Mourinho parten con la ventaja que les otorga el tres a uno de la ida. Además, el equipo nerazzurri ha recuperado al holandés Wesley Sneijder, quien entró en la lista de 25 jugadores ofrecida por el preparador luso.

Desde el bando culé se hace un llamamiento a la afición para que acuda al Nou Camp y apriete lo máximo posible a los jugadores del equipo italiano.

Guardiola cuenta con la baja segura de Puyol por sanción, mientras que Abidal será duda hasta última hora. En caso de que el galo no pueda ser de la partida, Maxwell formará en defensa junto a Alves, Piqué y Gaby Milito. El zaguero argentino tendrá la dura misión de enfrentarse a su hermano Diego, tal y como ocurría en sus duelos con Independiente y Racing.