En el primer día de la visita oficial del presidente francés, Nicolas Sarkozy, a China, París y Beijing decidieron ayer «abrir una nueva página» en sus relaciones tras meses de desencuentro debido a la cuestión de Tíbet.

Sarkozy comenzó su segunda visita oficial a China entrevistándose con su homólogo chino, Hu Jintao.

«La visita del presidente Sarkozy a China ha abierto una nueva página en las relaciones sino-francesas. Estamos determinados a construir una asociación global estratégica con Francia, que sea duradera, sana, estable y abierta al mundo», afirmó Hu durante una declaración conjunta con Sarkozy ante la prensa tras su reunión.

Por su parte, Sarkozy no cesó, en una entrevista con la agencia oficial Xinhua, de insistir en la importancia del papel de China en el concierto mundial.

«Estoy convencido de que no se puede volver a retomar el crecimiento sin la estabilidad mundial y que la estabilidad del mundo no es posible sin una implicación más fuerte de China en la escena internacional», afirmó Sarkozy. «Necesitamos que China asuma sus responsabilidades», añadió.