Entre torbellinos y calma, prosa y poesía, «Saltimbanco» -una urbe imaginaria- transporta a sus espectadores en un viaje alegórico y acrobático al centro de la ciudad. «Saltimbanco» explora la experiencia urbana en un sinfín de formatos, por ejemplo, mediante la gente que habita en ella, sus idiosincrasias y semejanzas, familias y grupos, el ajetreo de la calle y las impresionantes alturas de los rascacielos. Estrenado en el año 1992, es un espectáculo que «guarda la esencia de los inicios» del Cirque du Soleil, inspirado en la estructura urbana de la metrópolis y sus habitantes variopintos, según explicó a GARA Martín Pons, uno de los actores principales de la obra e hijo conductor de la historia.

El espectáculo muestra un ecléctico reparto de personajes que arrastran al espectador hacia un mundo fantástico y de ennsueño en una ciudad imaginaria en la que la diversidad es motivo de esperanza. «'Saltimbanco' es la ciudad en la que vivimos. Mi personaje es el de un soñador dentro de esta ciudad y se encarga de conducir lo que se vive en ella. Tengo como misión cuidar y sobreproteger al niño que nace en esta gran ciudad», declaró a este rotativo durante los ensayos previos a la primera función. «Es la multiculturalidad dentro de una ciudad, es una mezcla de sueño y de realidad, por eso mi personaje por momentos está empapado de realidad y otras veces está como fuera de este planeta», dijo. A su juicio, «refleja la necesidad del hombre de superarse, de independizarse, por eso al principio se pueden ver las personalidades uniformes, todas iguales, que van en masa, con máscaras neutras... Pero luego, poco a poco, van logrando su independencia, desarrollan sus características a lo largo del espectaculo y, a medida que el espectaculo va avanzando, se ve que cuentan con más personalidad todos los personajes», añadió.

El espectáculo, que permanecerá en Donostia hasta el domingo, está curtido de números circenses tradicionales como los palos chinos, el swing ruso, trapecistas, ciclismo artístico, malabares, actores profesionales, y todo ello combinado con la nueva tecnología y vestuarios y maquillajes que no dejarán a nadie indiferente.

Diversidad en la compañía

Los artistas que son parte del Cirque du Soleil se ven obligados a convivir con «un espíritu nómada» que les lleva a visitar ciudades de todo el mundo. «Permanecemos una semana en cada ciudad, cambiando de hoteles, subiendo a aviones, armando las valijas; se parece más a un grupo de rock que a un circo», bromeó Pons.

Y es que la diversidad cultural es algo que se deja ver en el propio equipo de la compañía. Pons, por ejemplo, embarcó en esta aventura en 2006. «Yo vengo de la rama del mimo y del clown y mi trabajo es más actoral y de teatro físico. Trabajé en Argentina en un parque de entretenimiento haciendo shows musicales y actorales. Audicioné hace mucho tiempo para el Cirque du Soleil cuando hicieron el cásting en Buenos Aires. Luego esperé, esperé y esperé hasta el año 2006, cuando tuve la fortuna de ser llamado para interpretar el papel que hoy en día interpreto y ahí empezó mi historia con el Cirque du Soleil».

Su compañero Emerson Souza Neves, un acróbata brasileño, se dedicó a la doma y al montaje de caballos durante más de veinte años, hasta que envió un vídeo a la compañía y ésta le seleccionó para «Saltimbanco». Cabe destacar que, la mayoría de los artistas provienen de la gimnasia artística y, una vez finalizadas sus carreras profesionales, ingresan en el circo.

Aunque fuera estrenado en 1992, «Saltimbanco» fue rediseñado en 2007 para adaptarlo a nuevos recintos, fuera de las habituales carpas circenses. Así, la gira pasa cada año por cuarenta ciudades diferentes de todo el mundo y en cada una de ellas se ofrece a alrededor de 4.000 personas con la misma sensación de intimidad que ofrecían bajo la carpa.