Crónica | Fiestas de San Prudencio
La sombra se cotizó muy cara en las abarrotadas campas de Armentia
Miles de personas fieles a la tradición acudieron ayer a Armentia a saludar y vestir con flores a su patrón, San Prudencio. En las abarrotadas campas resultó casi imposible hacerse con una sombra. Gafas de sol, pantalones cortos y camisetas de tirantes fueron los modelos del día.
Zuriñe ETXEBERRIA
San Prudencio está acostumbrado a recibir visitas a diario, entre semana son muchos y muchas las gasteiztarras que salen a caminar hasta la figura del santo, a pie, en bicicleta o haciendo footing. Todas esas personas que bien por hacer deporte o bien por que el médico les ha recomendado caminar para bajar los niveles de grasa, han hecho posible que al patrón de Araba le haya salido otro mote: «el santo del colesterol». No obstante, ayer fueron muchísimos más quienes se acercaron hasta Armentia. Miles de personas siguieron al pie de la letra la tradición y cubrieron a San Prudencio con un elegante manto de flores.
En plena primavera, el de ayer podía haber sido cualquier veraniego día de agosto. El mercurio de los termómetros subió y subió hasta sobrepasar los 30ºC. Hacerse con una sombra resultaba más que complicado, sólo los más hábiles y madrugadores se hicieron con uno de los mejores sitios de las campas para pasar la jornada: la zona fresca y sombría que está pegando al río. El sol brilló con fuerza y miles de alaveses, ataviados de ropa ligera, gafas de sol y gorras, comenzaron a llegar sobre las diez de la mañana.
Restricciones al tráfico
A la romería se acudió en autobús, en bicicleta o a pie. Las personas que intentaron hacerlo en automóvil se encontraron de frente con numerosas restricciones al tráfico y sólo consiguieron acercar el vehículo hasta el parking de Mendizorrotza o de Mendizabala.
Los autobuses urbanos iban y veían constantemente, ya que el Ayuntamiento de Gasteiz decidió proporcionar servicios especiales para facilitar la llegada de los ciudadanos. Los accesos a Armentia estuvieron cortados hasta las 2200.
Jóvenes, pequeños, mayores... la fiesta no entendió de edades. Los jóvenes más atrevidos incluso se atrevieron a unir la parranda de la noche con la típica subida a Armentia. Una vez allí, surgió una especie de selección natural. Los más `fuertes' continuaron con la marcha y pidieron unas botellas de sidra y los menos `fuertes' se decantaron por echar alguna que otra cabezadita tumbados en la hierba.
Las altas temperaturas además de animar a los alaveses a visitar a su patrón, incitaron a degustar unos sabrosos helados y, sobre todo, a beber bien de agua. Voluntarios de Cruz Roja comentaron que la mañana había sido «tranquilita», aunque algún que otro mareo debido al calor ya cayó.
Tiempo para todo
En la jornada de ayer hubo tiempo para todo, incluso para sensibilizar a la población sobre los problemas que de cerca afectan al herrialde.
La plataforma Mendiak Aske, por ejemplo, aprovechó la ocasión para divulgar su recién editada revista y aportar información sobre la problemática de los parques eólicos. En el mismo sentido, un poquito más adelante, cientos de personas se acercaban para firmar en contra del proyecto que pretende cerrar el Hospital de Santiago y ampliar Txagorritxu.