CIE Automotive celebró ayer en Bilbo la Junta General de accionistas. De forma previa, su presidente, Antón Pradera, y su consejero delegado, Ignacio Martín, explicaron que la compañía ha retornado a una senda de beneficios importantes. En noventa días de actividad ha obtenido 10,6 millones de beneficio, lo que supone casi el beneficio de todo el año pasado (11,1 millones). Entre enero y marzo del año pasado «en un año complicado», CIE Automotive obtuvo 200.000 euros de beneficio y en este ejercicio lo ha multiplicado por cincuenta.

Los máximos directivos de la empresa reconocieron que tras dejar un año complicado atrás, afrontan este año y el próximo con «optimismo». De esta manera, CIE Automotive da por terminado el proceso de crisis y se prepara ya para iniciar un «nuevo proceso de expansión y crecimiento». Pradera y Martín precisaron que están estudiando la captación de nuevos recursos económicos en Brasil para extender la actividad en el conjunto de América. Para ello, se plantean sacar a Bolsa a su filial brasileña, que representa algo más de la mitad de las ventas y el 60% del total de los recursos de la actividad.

Antón Pradera explicó que se han fijado en esa potencia americana porque «los mercados financieros están fuertes» y «es un momento fantástico para lanzarnos a la captación de recursos». Esta operación, si se lleva adelante, permitirá a la compañía acelerar el plan estratégico que establece la necesidad de duplicar las ventas y los recursos totales para el año 2013. También tienen objetivos para China e India.

CIE Automotive aumentó en el primer trimestre un 58,3% su facturación, hasta alcanzar los 342,3 millones y cerró marzo con un incremento del 121,7% del Ebitda, que -como confirmaron los responsables de la compañía- ha sido «récord en la historia de CIE, con 49 millones».

La actividad de CIE Automotive en Hego Euskal Herria, donde trabajan 1.500 personas, está afectada por la recesión que sufre la UE. Además, los dos directivos se quejaron de los altos costes y dejaron claro que están poniendo los medios y acciones para mejorar la productividad, pero Pradera añadió que la única solución para la industria es la internacionalización y dijo que «habrá que acostumbrarse a tener muchos trabajadores vascos a lo largo del mundo».