Bélgica prohíbe el uso del velo integral en los espacios públicos
Sin Gobierno y hundido en una grave crisis política, Bélgica se convirtió ayer en el primer estado occidental que prohíbe el uso del velo islámico integral en cualquier espacio público, antes que el Estado francés, que prevé presentar al Parlamento una propuesta similar en mayo. El texto aprobado por la Cámara de Representantes belga no se convertirá en ley hasta ser avalado por el Senado, pero ante la inminente disolución de las cámaras la proposición votada ayer podría caducar.
GARA
Por una vez unánime, por encima de colores políticos o pertenencias lingüísticas, los diputados belgas votaron a favor de una propuesta de ley que prohíbe el uso del velo islámico integral no sólo en todos los servicios públicos, sino también en cualquier espacio público, incluidas las calles. El texto recibió el visto bueno de 136 de los 138 diputados presentes. Hubo dos abstenciones.
«Nosotros somos el primer país en hacer saltar el cerrojo que mantiene a muchas mujeres en la esclavitud y esperamos ser un ejemplo para Francia, Suiza, Italia, Países Bajos, países que piensan igual», dijo el diputado liberal Denis Ducarme antes de votar. «Que un país, un pequeño país, un poco difícil de gobernar, haya tomado una iniciativa como ésta, puede ayudarle a avanzar», añadió.
Una vez aprobada por la Cámara de Representantes, el Senado dispondrá de quince días para tratar la propuesta y, a partir de entonces, hay un nuevo plazo de 60 días para introducir eventuales enmiendas. Sin embargo, al estar prevista la inminente disolución de las cámaras la próxima semana para convocar elecciones, a causa de la crisis política que atraviesa el país, la propuesta votada ayer podría caducar. La Cámara Baja tenía previsto votar el texto el pasado jueves, pero la dimisión ese día del Gobierno provocó la suspensión de la sesión parlamentaria.
La propuesta ya había sido aprobada a finales de marzo, por unanimidad, en la comisión parlamentaria de Interior, con el apoyo de los cinco partidos de la coalición gobernante saliente, así como de la oposición.
Si consigue superar todos los trámites, se tratará de la primera ley que prohíbe el uso de estas prendas en la Unión Europea con carácter tan general.
La ley pretende prohibir el uso del velo islámico integral, aunque no cita de forma explícita el burka o el niqab, en todas las zonas públicas (calles, comercios y edificios públicos, además de las sedes de la Administración), por «razones de seguridad y orden público». A toda persona que se presente en un espacio accesible al público «con el rostro cubierto o disimulado, total o parcialmente, de manera que no sea identificable», puede ser objeto de una multa y una pena de prisión de entre uno y siete días.
En los últimos meses ha aumentado en Europa el debate sobre el uso por parte de las mujeres musulmanas de velos integrales. La pasada semana, el Gobierno francés anunció que en unas semanas presentará un proyecto similar, aunque algo menos restrictivo, ante el Parlamento galo.
Amnistía Internacional condenó la aprobación de esta propuesta de ley, que consideró «un peligroso precedente» que «viola los derechos a la libertad de expresión y de religión», según indicó John Dalhuisen, responsable de cuestiones de discriminación en Europa.
La minoría valona vetó, a través de un procedimiento excepcional, la votación para poner fin a la excepcionalidad de la circunscripción de Bruselas-Hal-Valvorde, enclave situado en Flandes pero en el que 130.000 francófonos están exentos de cumplir la legislación sobre la lengua y pueden votar a sus propias formaciones políticas. La cuestión fue votada y apoyada por mayoría en 2007 en la Comisión parlamentaria de Interior pero la de ayer era la primera vez en que se llevaba a la Cámara.
Los partidos flamencos decidieron incluir la votación en el orden del día después de que el último intento negociador fracasara el pasado lunes.
Los partidos de obediencia valona denunciaron esta decisión como una «declaración de guerra» y la ruptura de un pacto no escrito que impediría a la mayoría flamenca en el Estado belga -un 60% de sus 10,5 millones de habitantes- hacer uso de su mayor peso demográfico para impulsar iniciativas.
Ello no les impidió hacer uso de un procedimiento excepcional, el llamado «timbre de alarma», que permite a esa minoría retrasar un mes el voto de legislación que afecta a «intereses vitales de una comunidad lingüística». El Gobierno tiene ese plazo para hacer propuestas, pero teniendo en cuenta su dimisión y el hecho de la convocatoria inminente de elecciones anticipadas en junio, el dossier será sin duda retrasado hasta las calendas griegas.
Los diputados del partido flamenco de extrema derecha Vlaams Belang protestaron al grito de «democracia».
El primer ministro dimisionario y dirigente flamenco, Yves Leterme, destacó la incongruencia de que una minoría pueda imponer su punto de vista a la mayoría. «La mayoría no puede imponerse a la minoría pero ésta debe estar dispuesta a negociar». GARA
