Los moderados del Partido Republicano han perdido una batalla en EEUU con el anuncio realizado el jueves por uno de sus más eminentes representantes, el popular gobernador de Florida, Charlie Crist, de que deja el partido, una decisión motivada por el giro aún más a la derecha dado por la formación.

Considerado una figura clave dentro del partido, aclaró que competirá como independiente en las elecciones parlamentarias del próximo noviembre.

El gobernador de Florida, Estado clave en el sudeste del país, tomó esa decisión tras haberse visto superado, y presionado en el seno del partido, por el republicano y descendiente de cubanos Marco Rubio, la nueva apuesta de los seguidores del movimiento ultraderechista Tea Party, (Partido del Té).

Este revelador anuncio muestra una transformación en el electorado republicano y plantea la cuestión de si, de cara a las elecciones presidenciales de 2010, la base del partido que buscó refugio en el conservadurismo más radical desde la elección de Barack Obama, en 2008, volverá al centro.

Transformación

Hace sólo 18 meses, el gobernador Crist, con una gran popularidad, recibió la admiración de sus colegas por haber logrado mantenerse en los sondeos pese a la victoria de Obama en su Estado.

Sin embargo, su apoyo al plan de recuperación económica presentado por el presidente, muy criticado por los sectores conservadores, le ha debilitado. Un video que en el que aparecía abrazando al inquilino de la Casa Blanca fue la gota que colmó el vaso.

Si se hubiera enfrentado a Rubio para representar a los republicanos, habría logrado un 33% de los votos, frente a los 56% de su rival, según una encuesta de Quinnipiac University.

Ahora, Crist tratará de reunir a los demócratas y republicanos moderados y a los independientes, en medio del difuso paisaje que configura la política estadounidense.