«Todos nuestros objetivos pasan por San Mamés». La autoría de la frase es de Joaquín Caparrós, pero todos sus jugadores han acabado suscribiéndola. El problema es que viendo lo caros que se están poniendo los billetes al continente, incluso el pleno en la Catedral puede quedarse corto.

¿Con nueve basta? Ésa es la pregunta del millón. Con trampa incluída, porque así planteada cualquiera podría pensar que los encuentros ante Mallorca, Málaga y Deportivo están ganados y que la incógnita reside en el único desplazamiento que le resta al equipo. Y, teniendo en cuenta cómo se ha puesto la clasificación, esos nueve puntos parecen el mínimo por el que deben luchar los bilbainos si quieren mantener sus opciones.

Óscar de Marcos se alinea en el bando de los optimistas y confía en que «ganando los tres partidos de casa nos valga para llegar a Europa porque luego tenemos una salida muy complicada. Ojalá que los nueve puntos de casa nos valgan, aunque también hay que sacarlos», recordó el alavés, pese a que se alinee claramente en el bando de los optimistas, confiando en que si vuelan puntos de la Catedral, «haya margen de error» para enmendarlo. Andoni Iraola prefiere no hacer cuentas. Directamente. Deja claro que no tiene «ni idea» de los puntos que harán falta para viajar a Europa y considera que la fórmula pasa por el partido a partido. «Tenemos que intentar ganar nuestros partidos, hacer lo nuestro, y confiar en que lo que no dependa de nosotros, nos beneficie», aseguró el usurbildarra, consciente de que el Athletic ya no depende sólo de sí mismo.

En semejante tesitura, el choque ante el Mallorca -para el que parece definitivamente descartado Pablo Orbaiz- gana en trascendencia. Sobre todo para mal. Porque en caso de victoria, el Athletic se mantendrá en la pelea pero no tendrá nada asegurado; en caso de derrota, lamentablemente, «pocas opciones vamos a tener de entrar ahí», confesó De Marcos.