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Evo Morales nacionaliza el 80% de la producción eléctrica boliviana

Evo Morales, presidente de Bolivia, firmó ayer un decreto por el que nacionaliza tres empresas eléctricas hasta ahora en manos de multinacionales que suponen el 80% de la producción del país.

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El presidente boliviano, Evo Morales, decretó ayer la nacionalización del 80% de la capacidad eléctrica de Bolivia. Las tres compañías afectadas por la nacionalización son Corani (subsidiaria de la francesa GDF Suez), Guaracachi (de la británica Ruelec PLC) y Valle Hermoso (perteneciente al consorcio boliviano Bolivian Generating Group en un 50%, mientras que el resto de las acciones están administradas entre la financiera suiza Zurich y el BBVA).

«Estamos cumpliendo con el pedido clamoroso del pueblo de recuperar y nacionalizar los recursos naturales y los servicios básicos, que antes eran del Estado», aseguró Morales tras firmar los decretos de nacionalización. «Los servicios básicos no pueden ser de negocio privado, sino de servicio público», agregó el presidente bolivianos en declaraciones difundidas por la agencia ABI.

El mandatario boliviano, que ha prometido compensar a los inversores por este proceso, tiene proyectado conseguir, en un futuro cercano, la nacionalización de la totalidad de la capacidad eléctrica del país andino. «Es obligación del Estado compensar a los inversores por sus bienes. Hicimos un esfuerzo por llegar a un acuerdo con las compañías privadas multinacionales, pero éstas no estaban dispuestas a llegar a un acuerdo», señaló Morales, en declaraciones recogidas por la agencia Reuters.

El viernes Morales firmó con su homólogo venezolano, Hugo Chávez, un acuerdo bilateral para el establecimiento de empresas entre ambos países, que denominaron empresas «grannacionales», que consideran la antítesis de las multinacionales, con el objetivo de otorgar el poder económico a las clases populares.

«Sustituir a las grandes transnacionales con empresas binacionales llamadas `grannacionales' es instrumento económico de liberación frente a los instrumentos económicos de opresión, de sometimiento y de saqueo que especialmente eran las transnacionales», afirmó Morales en el estado venezolano de Barinas, donde ambos presidentes firmaron el acuerdo, dirigido a la explotación de petróleo y gas.

Morales matizó su posición frente a la inversión extranjera en Bolivia, que supedita al control estatal de los recursos naturales. «Queremos socios, no patrones», subrayó.

La política nacionalizadora de Morales comenzó el 1 de mayo de 2006, cuando celebró su primer Día del Trabajador como presidente, con un decreto para que la estatal Yacimienros Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) se haga cargo de cinco compañías petroleras que tenían socios extranjeros.

YPFB controla actualmente la petrolera Andina en sociedad con Repsol YPF; el 100% de las acciones en las compañías Chaco, YPFB Transportes, YPFB Refinación y la Compañía Logística de Hidrocarburos de Bolivia (CLHB).

La anglo-argentina Pan American Energy (PAE) y el consorcio peruano-alemán Oil Tanking-Graña Montero han demandado por separado al Estado boliviano por la nacionalización de sus respectivas acciones en Chaco y CLHB.

En cambio, el Gobierno de Morales alcanzó acuerdos con la brasileña Petrobras, la neerlandesa Shell y la británica Ashmore para controlar YPFB.

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