La tensión se notaba ayer en el centro de Tirana, donde partidarios de la oposición y del Gobierno del derechista Sali Berisha se movilizaron, separados unos de otros unos cientos de metros por las fuerzas policiales.

Miles de simpatizantes de la oposición socialdemócrata se congregaron en la plaza de los Mártires de la Nación, donde tiene su sede el Gobierno.

Instalaron tiendas para acoger a las 202 personas que, según explicó Armela Ymersj, portavoz del Partido Socialista (PS), han decidido comenzar una huelga de hambre para reclamar un nuevo recuento de las elecciones legislativas de junio de 2009. Entre los huelguistas hay 22 diputados del PS.

La manifestación constituye el último capítulo de la crisis política que sacude Albania desde las elecciones, cuyos resultados ha criticado desde entonces el PS.

A 200 metros de allí, en la plaza Madre Teresa, en un ambiente esencialmente festivo, miles de partidarios del Gobierno se congregaron, mostrando pancartas con lemas como «Festejemos el Primero de Mayo, sí a Europa» y banderas de la UE.

Altavoces emitieron música rock a todo volumen para intentar ahogar las declaraciones de los partidarios del PS.

En una breve alocución, Berisha invitó a los albaneses a celebrar el futuro europeo del país y el avance que supone la supresión de la obligatoriedad de visados para los ciudadanos albaneses que deseen viajar al resto de Europa, una reivindicación que apoya la mayoría de la población.