La etapa reina de la Vuelta a Asturias tuvo sabor colombiano. La ofensiva de Fabio Duarte y Alex Cano en la ascensión final al Alto del Acebo se saldó con la victoria y el liderato para el primero, que llegará a la última etapa con 19 segundos de ventaja sobre Beñat Intxausti.

Todo se decidió en los once últimos kilómetros. El trabajo de Euskaltel Euskadi impidió que la fuga de la jornada -en la que había metido a Azanza, junto a Izagirre, Blázquez, Etxarri y otros once corredores- fructificase, provocando que el pelotón principal llegase agrupado al pie del último ascenso. Con casi una decena de corredores en menos de un minuto, Beñat Intxausti tenía muchos rivales a los que vigilar y, posiblemente, fueron los menos esperados los que acabaron reventando la ascensión. Con Santi Pérez y Ezequiel Mosquera pegados al vizcaino, fueron Duarte y Cano los que lanzaron un doble ataque en busca de la meta.

La labor de equipo funcionó y, relevo a relevo, su ventaja fue creciendo hasta aumentar definitivamente con el último tirón, en solitario, a cargo de Duarte. El que fuera campeón del mundo en categoría sub23 hace un par de años cruzó la línea de meta con distancia suficiente para añadir el liderato a la victoria de etapa. Y eso que Intxausti supo dosificarse y acabó dejando a los que parecían sus principales rivales para llegar en la tercera plaza.

La incógnita pasa por saber si los 19 segundos que separan a Duarte e Intxausti en la general son neutralizables en la quinta y última etapa. Casi 200 kilómetros con llegada en Oviedo, pero terreno para la guerra por delante: seis puertos, tres de ellos de Primera; incluyendo el de la Tenebreda, con rampas de hasta el 20%, aunque a veinte kilómetros del final. Junto a la fortaleza de cada uno, el trabajo de equipo se presume hoy especialmente importante a la hora de decidir el nombre del ganador.