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El Vaticano denuncia los comportamientos de Marcial Maciel

El Vaticano ha denunciado los comportamientos de Marcial Maciel, el fundador de la congregación ultraconservadora Legionarios de Cristo, que cometió abusos sexuales contra seminaristas menores y, pese al voto de castidad, mantuvo relaciones con al menos dos mujeres con las que tuvo tres hijos. Un equipo formado por cinco obispos, entre ellos Ricardo Blázquez, ha investigado desde julio de 2009 las actividades de Maciel.

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El fundador de la congregación ultraconservadora católica Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, cometió comportamientos «gravísimos y objetivamente inmorales que han sido confirmados por testimonios incontrovertibles», aseguró ayer el Vaticano, tras la investigación a la que fue sometida la congregación.

Los cinco obispos que, durante ocho meses, hicieron indagaciones sobre la congregación fundada por Maciel -culpable de abusos sexuales de menores seminaristas y de llevar una doble vida con al menos dos mujeres, con las que tuvo tres hijos- se reunieron el viernes y ayer con el Papa Benedicto XVI y con el cardenal Tarcisio Bertone.

En una nota emitida ayer por el Vaticano se asegura que los obispos han llegado a la conclusión de que «los comportamientos inmorales de Maciel son auténticos delitos y manifiestan una vida carene de escrúpulos y de genuino sentimiento religioso».

«Tal vida no la conocían gran parte de los legionarios, sobre todo por el sistema de relaciones construido por Maciel, que supo crearse coartadas, obtener confianza y silencio sobre circunstancias y reforzar su propio rol de fundador carismático», añade el comunicado vaticano.

Además, agrega, los que dudadan de su comportamiento «crearon un mecanismo de defensa en torno a él que lo mantuvo durante tiempo inatacable, convirtiendo en misión el difícil conocimiento de su vida verdadera».

«Por tanto el descubrimiento y el conocimiento de la verdad sobre el fundador ha provocado en los miembros de la Legión sorpresa, desconcierto y profundo dolor, evidenciado por los investigadores», destaca.

Refiere que como resultado de la investigación de los cinco obispos surge la necesidad de redefinir el carisma de la congregación de los Legionarios de Cristo y se exige un camino de profunda revisión.

Benedicto XVI, que el viernes se reunió por sorpresa con los obispos, además de agradecer su labor, se ha reservado la modalidad de nombrar un delegado papal y una comisión, con lo que el Pontífice asume las riendas de la renovación de la congregación, añade la nota. Asimismo, el Papa ha dado su plácet a los miembros laicos de Regnum Christi -movimiento apostólico vinculado a los Legionarios de Cristo- que le han pedido con insistencia un investigador y ha exhortado a todos los miembros de Legionarios de Cristo, a sus familias y a los laicos a «continuar con coraje en este momento difícil para la congregación y para cada uno de ellos».

Según los analistas, el rigor de Benedicto XVI para con los Legionarios de Cristo tiene que compaginarlo con la realidad, ya que la orden está presente en una treintena de países, cuenta con 800 sacerdotes, 2.500 seminaristas, 65.000 miembros laicos del movimiento Regnum Christi, 158 escuelas y 18 universidades.

Así, el comunicado afirma que el Papa quiere asegurarse que los Legionarios de Cristo y los miembros de Regnum Christi «no serán dejados solos: la Iglesia tiene la firme voluntad de acompañarlos y ayudarlos en el camino de la purificación que les espera».

Desde el 15 de julio de 2009 hasta el 16 de marzo de este año, los prelados Ricardo Watty Urquidi, de Tepic (México); Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid (Castilla) y ex obispo de Bilbo; Ricardo Ezzati, de Concepción (Chile); y Giuseppe Versaldi, de Alessandria (Italia), inspeccionaron 120 comunidades de los legionarios.

Los prelados también revisaron el estado financiero de la congregación y otros asuntos de interés, como saber si respetan la supresión decidida por el Papa en 2008 del conocido como «cuarto voto», que era secreto y fue impuesto por Maciel para obligar a sus sacerdotes, bajo pena de excomunión, a no criticar y no denunciar a sus superiores, ni a aspirar a cargos.

Aunque fue suprimido, muchos legionarios, según fuentes vaticanas, lo mantienen.

La inspección fue ordenada por Benedicto XVI en marzo de 2009, tres años después de que castigara a Maciel (1920-2008) por abusos sexuales durante décadas contra seminaristas y le exigiera que renunciara «a todo ministerio público» de su actividad sacerdotal y llevara una vida retirada de rezos y penitencias.

El pasado 26 de marzo, los legionarios reconocieron que Maciel abusó sexualmente de seminaristas menores, tuvo «otros graves comportamientos» (consumo de drogas) y varios hijos, por lo que pidieron perdón a las víctimas y renegaron públicamente del sacerdote mexicano.

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