CRíTICA cine
«Welcome»
Mikel INSAUSTI I
APhilippe Lioret ganó el Premio al Mejor Guión en el Festival de Gijón por «Welcome», y me parece un reconocimiento muy justo y acertado. Ya con «En tránsito», premiada en el Donostia Zinemaldia de 1.993, demostró saber tratar de una forma original la problemática de la inmigración, tanto, que la idea se la plagió Steven Spielberg para su muy inferior «La terminal». En su nueva película vuelve a desarrollar un planteamiento argumental otra vez diferente, pero con el mismo tema puesto sobre la mesa, el del maltrato que reciben las personas que llegan a un país extraño por el mero hecho de ser inmigrantes. El Estado francés siempre presumió de ser tierra de acogida, sobre todo de exiliados políticos, artistas e intelectuales. Para Sarkozy el resto, los que simplemente buscan trabajo, son gente indeseable. Y los nativos que les acogen o ayudan son unos colaboracionistas, lo que convierte a los ilegales en unas hordas comparables a las de los invasores nazis. Sin embargo, en una sociedad que se cree avanzada no puede existir una figura legal tan aberrante como la del `delito de solidaridad'.
Frente a esa ley injusta, «Welcome» es un canto a la solidaridad y la amistad con el que viene de fuera, con el que habla otra lengua e incluso tiene otro aspecto, pero sufre, siente y sangra cuando le pinchan, como nosotros. La historia que cuenta Philippe Lioret está muy bien documentada y transmite una realidad desgarradora, sólo atenuada por esa tendencia al melodrama mediante la cual el cineasta transforma la impactante tragedia en una historia de amor triste que encierra una lección de sacrificio y genuina heroicidad, de la que nace lo mejor que lleva dentro el ser humano.
Al espectador sólo le queda llorar, aunque esas lágrimas tal vez no sean del todo inútiles, porque reconfortan al saber que a un lado de la balanza está el ejemplo de jóvenes que aman más allá de las fronteras con una fuerza contagiosa. Nunca olvidaremos al kurdo Bilal cruzando a nado el Canal de la Mancha.