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Adiós a Europa con los ojos húmedos y el corazón en la mano

El San Antonio se desfondó para remontar los cuatro goles de desventaja. No obstante, el equipo germano fue de nuevo superior, y los navarros se despidieron con gran pena del torneo continental.

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SAN ANTONIO 28
GUMMERSBAHC 31

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No pudo ser. Se intentó por activa y por pasiva, pero la sequía de títulos se alargará por, al menos, una temporada más tras la derrota por 28-31 que sufrió ayer el San Antonio en el partido de vuelta de las semifinales de la Recopa de Europa. Ya han pasado más de cuatro años ¯un 25 de setiembre de 2005¯ desde que los antonianos levantaran su último entorchado, una Supercopa, y no parece que el futuro más cercano presente un aspecto demasiado halagüeño.

La llamada a la heróica fue propugnada nada más finalizar el partido de ida en el que el conjunto alemán venció por 30-26. La mentalidad «poder hacer» se apoderó de todos los jugadores navarros después de la derrota, pero el pabellón universitario se topó con un rival despiadado que obligó a los locales a despedirse de la deseada, y añorada, competición europea.

Con un efectivo Zrnic como efectiva avanzadilla, los germanos lograron endosar las primeras ventajas para el conjunto visitante (2-5 y 4-7). La falta de paciencia se apoderó, entonces, de los navarros, que ponían mal remedio a su necesidad de recuperar goles al pretender jugar con mayor velocidad ante un equipo físicamente mejor.

Un oportuno tiempo muerto pedido por Chechu Villaldea trajo una buena recuperación de los navarros, pero justo cuando comenzaba la reacción, llegó la desgraciada lesión del central Ruesga. La afición tomó entonces la responsabilidad de arengar a sus jugadores, y con su incondicional apoyo, el San Antonio retomó el aliento para acercarse en el luminoso a un precioso (10-11, m.19).

Sin embargo, fue tan sólo un espejismo. La dureza de los jugadores alemanes cortó de raíz la remontada de los locales, y con un despliegue físico de magnitudes considerables, el Gummersbach, algo beneficiado en puntuales decisiones arbitrales, volvió a acelerar en el marcador para volar hasta un desilusionador 12-16.

Sin reacción tras el descanso

Tras la reanudación, el Gummersbach prosiguió sin dar respiro al equipo navarro. Ayudado por un sensacional Stojanovic bajo los palos, y con un ataque muy fluido liderado por Krantz y Pfahl, no tuvo problemas para mantener su renta e, incluso, ampliarla a los seis goles en el minuto 39 (16-22).

Esta desventaja, más los cuatro tantos del partido de ida que el San Antonio debía remontar, provocó que el equipo navarro fuera bajando los brazos víctima de su propia impotencia ante un Gummersbach que manejó con solvencia el choque hasta el final.

El técnico Villaldea se lamentaba del mal resultado cosechado tras el duelo: «Ha quedado claro que las prisas son malas consejeras, aunque no puedo reprochar nada a la actitud de los jugadores», resumía cariacontecido. El capitán antoniano Fernando Fernández habló, en cambio, de superar «el mal sabor de boca que nos deja el partido, para centrarnos en las tres jornada de Liga que quedan y tratar de quedar en el quinto puesto».

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