Maiatzaren lehena
La reforma laboral marca las movilizaciones del 1º de Mayo
El Primero de Mayo se caracterizó en Euskal Herria por poner en primer término la reivindicación de un cambio político y de un modelo económico diferente, y el rechazo a los recortes que se están preparando en Madrid con las reformas, como pidieron ELA y LAB. CCOO y UGT cargaron contra la «avaricia de la patronal» y callaron sobre las reformas que vienen.
Juanjo BASTERRA |
Las diferencias entre las centrales sindicales quedaron patentes en las calles de Euskal Herria en la conmemoración del Primero de Mayo en donde las consecuencias de la crisis tuvieron un protagonismo especial. Los sindicatos abertzales reclamaron potenciar un modelo económico y social propio y llamaron a actuar en unidad.
Los sindicatos de carácter estatal, sin embargo, cargaron en Bilbo, donde realizaron el acto central, contra el neoliberalismo y la «avaricia» empresarial y dejaron a sus líderes que exigieran en Madrid acuerdos rápidos para poner en marcha la reforma laboral, de las pensiones y de la negociación colectiva, que no son aceptadas ni por ELA, ni LAB, ni ESK, según se puso de manifiesto, una vez más, en las calles vascas.
ELA concentró a sus militantes y simpatizantes en la capital vizcaina bajo el lema «Inoiz baino gehiago, sindikatua langileekin». Se reunieron en torno a 10.000 personas, según la central sindical, de ellos 4.500 acudieron después del acto a la comida en el Bilbao Exhibition Centre (BEC) en Barakaldo.
En las calles de Bilbo, llamó a rechazar los cambios que se están negociando en Madrid, por lo que reclamó avanzar en el marco vasco de relaciones laborales y en una política social propia. Adolfo Muñoz, «Txiki», reclamó además una «alianza sindical desde y para la negociación colectiva. Es un suelo imprescindible», dijo el secretario general de la central sindical más representativa de Hego Euskal Herria en el mitin antes del inicio de la marcha por la Gran Vía de Bilbo.
En Ordizia, Ainhoa Etxaide, secretaria general de LAB, pidió la implicación de todos los agentes políticos y sociales para poder materializar «un cambio político y otro de modelo económico» para «acometer los cambios estructurales que precisan los trabajadores» y reclamó «la capacidad de aunar fuerzas» para «afianzar una alianza sólida», a la vez que rechazó las reformas que se están negociando en Madrid.
LAB realizó una veintena de manifestaciones a lo largo de Euskal Herria. Según los datos que adelantó de una serie de localidades, no de todas donde realizó manifestaciones, fueron alrededor de 10.000 las personas que se manifestaron tras el lema «Langileon borroka, aldaketaren indarra»
Etxaide dedicó especial atención a la reforma de la negociación colectiva, sobre la que dijo que «conculca los derechos sindicales» y adelantó que «situará los convenios como instrumentos al servicio de la patronal».
CCOO y UGT realizaron una manifestación unitaria en Bilbo, aunque fueron por separado en Nafarroa. En Bilbo, la pancarta que encabezó la manifestación de alrededor de 4.500 personas fue «Empleo con derechos, la garantía de nuestras pensiones. Eskubideko enpleguaren alde eta gure pentsioen bermea».
Unai Sordo, secretario general de CCOO de Euskadi, reivindicó «el papel de las organizaciones sindicales a la hora de determinar por dónde se sale de una crisis que está afectando de una forma muy dura a la clase trabajadora» y denunció «a aquellos que nos han traído a esta situación con sus principios basados en la especulación que tiene a la avaricia como única forma de entender la actividad económica».
Dámaso Casado, secretario general de UGT Euskadi, recordó en primer término que la manifestación del Primero de Mayo «se produce 120 años después de la primera conmemoración del Primero de Mayo en la capital vizcaina y en La Arboleda».
Destacó que «queremos que se cree empleo y sea estable» y reivindicó la negociación colectiva «para generar estabilidad del empleo y seguridad laboral». En las declaraciones de estos líderes llamó la atención que no realizaron ninguna referencia a las reforma laborales que se están negociando en Madrid. De hecho, los secretarios generales de UGT, Cándido Méndez, y Ignacio Fernández Toxo, de CCOO, sí que dieron un papel destacado a esas reformas, porque el líder de UGT dijo que «el acuerdo sobre la reforma laboral debe llegar antes de final de mayo», mientras que Toxo dijo que «si no se reestructura la banca y la inversión productiva, la reforma laboral se convertirá en papel mojado».
ESK y STEE-EILAS se manifestó contra «el paro y contra la reforma laboral que se está negociando». Josu Balmaseda expresó que «la mayor factura de la crisis la estamos pagando la gente trabajadora» y destacó que «desde ESK decimos no a la reforma, porque su objetivo no es luchar contra el paro, sino favorecer al sector empresarial, perjudicando a los trabajadores». En Iruñea ATTU, CGT, ESK y STEE-EILAS denunciaron al unísono la destrucción de empleo y recordaron que «quien no generó la crisis es quien más la está pagando».
USO, CGT y CNT también se manifestaron en Bilbo en el Primero de Mayo para rechazar la reforma laboral que se está gestionando en Madrid.
El secretario general de ELA, Adolfo Muñoz «Txiki» reclamó en la Gran Vía de Bilbo la necesidad de «fortalecer» el sindicato «para hacer frente a las agresiones que llegan desde la patronal y los gobiernos» y denunció que con la reforma laboral se busca «aumentar la precariedad laboral» y «llevar la negociación colectiva a Madrid, a ámbitos más débiles, para dar ventaja a la patronal».
Ante unas 10.000 personas, según los datos que ofreció ELA, reclamó que «en función de la importancia de estas reformas, ningún partido de ámbito vasco debe dar cobertura a estos atropellos que se preparan en Madrid. Ningún partido de ámbito vasco debe colaborar en que se elimine la capacidad de decidir dónde negociar. Queremos negociar aquí y que se respeten las mayorías vascas», precisó. En este caso, dijo que «los partidos abertzales deben concluir, es urgente que lo hagan, que el Estado español está culminando una fase involutiva que comenzó hace mucho tiempo, que niega cualquier ámbito de decisión» y manifestó que «no se puede, bajo pretexto de la crisis, acompañar al Gobierno español para que consolide ese modelo. No hay que dar cobertura al Estado español para esas políticas».
A juicio de Txiki Muñoz, «los dos gobiernos, el de Gasteiz y el de Madrid, trabajan para la misma política, para negar cualquier eficacia a las mayorías vascas», por lo que exigió que «el marco vasco de relaciones laborales y la protección social sea para la política vasca algo más que un elemento retórico».
Tras realizar un repaso de la negociación colectiva y la lucha que mantienen trabajadores en determinados convenios, destacó la huelga que, junto con LAB, han planteado en el Metal de Gipuzkoa, y aseguró que las alianzas «para hacer frente a la patronal es un suelo imprescindible». J. B.
La secretaria general del sindicato LAB, Ainhoa Etxaide, reclamó en Ordizia a los agentes políticos, sociales y sindicales compromiso y «que den pasos efectivos y eficaces» para el cambio político que necesita Euskal Herria. Etxaide participó en la marcha que el sindicato abertzale llevó a cabo entre Beasain y Ordiza, y que concluyó con una comida popular en la plaza del Ayuntamiento de Ordizia. En ella tomaron parte cientos de personas con ikurriñas, banderas de LAB, en favor del acercamiento de los presos, así como contra el TAV.
Etxaide subrayó que «hacen falta cambios sociales y para eso es necesario un cambio político. Euskal Herria debe ser capaz de decidir su futuro económico y social. Los trabajadores necesitamos cambios y compromisos politicos firmes» por parte de la clase política que impulsen esos cambios económicos y sociales.
Explicó que LAB decidió distribuir sus movilizaciones por comarcas porque las consecuencias de la crisis se viven en las comarcas y en los pueblos y recordó las declaraciones de la consejera de Trabajo de Lakua, Gemma Zabaleta, quien había afirmado que no veía las movilizaciones de los trabajadores en la calle. Acusó a la clase política de «dejar de mirar a la clase trabajadora a la que ha dado la espalda» y de proponer salir de la crisis con las mismas políticas que la causaron. En ese sentido, se refirió a que la crisis comenzó ya hace quince años, «reforma tras reforma laboral», que ahora quieren ampliar con una nueva que recortará los derechos laborales y con el recorte de pensiones. También recordó que se quiere reformar la negociación colectiva para recortar derechos sindicales. Por ello, reclamó «a todos los agentes políticos y sociales que se comprometan con ese cambio y den pasos «efectivos y eficaces»
Etxaide advirtió de que el «cambio se dará desde la capacidad de sumar fuerzas, de afianzar alianzas sólidas que puedan permitirnos generar una nueva realidad, a partir de la gran mayoría social, política y sindical que exige ese proceso de cambios desde la unidad». P. R.