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«Es imperdonable que Europa mantenga relaciones con Israel»

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Ivan Prado
Payaso gallego expulsado por Israel

Festiclown es una iniciativa social surgida hace una década en Galicia. Ahora la intención de sus promotores es llevar el encuentro, en el que participan un centenar de payasos, a Palestina. Ivan Prado (Lugo, 1974) es su director y había viajado a la zona para ultimar los detalles.

Alberto PRADILLA

La campaña del Gobierno de Benjamin Netanyahu contra los extranjeros que muestran su solidaridad con el pueblo palestino ha provocado situaciones surrealistas. Una de ellas es la expulsión de Iván Prado, fundador de Payasos en Rebeldía y uno de los organizadores de Festiclown Palestina 2010. «Razones de seguridad nacional». Éste fue el único argumento utilizado el pasado 26 de abril por las autoridades israelíes para deportar al payaso gallego y a su traductora. Nada más aterrizar en el aeropuerto Ben Gurión, en Tel Aviv, ambos fueron interrogados durante horas y encerrados en un centro de reclusión de inmigrantes hasta ser deportados.

No obstante, Iván Prado advierte, categóricamente, de que «el festival va a realizarse» y denuncia su indefensión ante los agentes sionistas.

Usted es uno de los últimos extranjeros a los que Israel ha impedido la entrada a su territorio. ¿Qué ocurrió cuando aterrizó en el aeropuerto de Tel Aviv?

Tengo la sensación de que nos estaban esperando. Porque la funcionaria me preguntó si no me acordaba de ella, ya que no era la primera vez que tenía problemas en el aeropuerto. En 2009 también pasamos varias horas en el aeropuerto, pero finalmente nos permitieron la entrada. En esta ocasión nos tuvieron unas cinco horas interrogándonos y me pidieron que abriese mi correo electrónico. Yo quise saber cuál era el motivo y ellos sólo respondían que «colaborar con las autoridades israelíes». Me amenazaron con que, si no lo abría, sería expulsado. Y eso es lo que hicieron. En ese momento yo sólo pedía que me diesen un documento, pero ellos se negaron.

¿Qué ocurrió cuando le comunicaron que le prohibían el acceso a Israel?

Nos metieron en una furgoneta blindada y nos llevaron a un centro de internamiento de inmigrantes situado a unos diez kilómetros del aeropuerto. Allí volvieron a cachearnos todo y nos quitaron el móvil. Nos introdujeron a cada uno en una celda y nos dejaron allí hasta las cinco de la mañana, cuando fuimos conducidos a través de una zona interior del aeropuerto desde donde nos subieron al avión. No entramos como pasajeros, entramos como criminales. Una vez allí, yo pedí que me devolviesen el pasaporte. Pero el agente israelí se lo dio a la azafata del avión, que lo requisó durante todo el vuelo. Cuando llegamos a Madrid quise denunciar a esa azafata por sustraerme los documentos pero los policías españoles que nos esperaban nos señalaron que ése era el «procedimiento habitual» y que no podían hacer nada. También quise denunciar en comisaría la detención ilegal y la expulsión del país pero me encontré la misma respuesta.

¿Cuál fue el trato recibido durante su detención por parte de los agentes israelíes?

Israel actúa con la prepotencia y la seguridad de saber que no tiene por qué responder a ninguna de nuestras preguntas. Pedí un traductor, quería saber qué estaba pasando y ninguno de los agentes decía nada. Cuando finalmente me comunicaron que nos iban a expulsar, su único argumento fue el de «motivos de seguridad nacional».

Según ha denunciado, los problemas comenzaron ya en el aeropuerto madrileño de Barajas...

En efecto. En Barajas ya nos habían cacheado, desnudado y nos iban a revisar las maletas, que se quedaron en el aeropuerto porque el avión ya salía con mucho retraso. Tuvimos que recogerlas a la vuelta. Todo esto delante de un guardia civil, que te cachea mientras los trabajadores de seguridad israelíes registran todas tus pertenencias.

¿Cuál era el motivo de su viaje a Palestina?

Soy director de Festiclown, un festival que lleva organizándose diez años en Galicia y que tiene como objetivo tratar al clown como una herramienta de transformación social. Se trata de democratizar la cultura y tomar las calles, de realizar un encuentro internacional con compromiso social, con discurso y, sobre todo, con la vertiente revolucionaria que tiene para nosotros el payaso. En abril de 2009 realizamos una gira por campos de refugiados en Cisjordania y decidimos llevar a Palestina el Festiclown. Por eso me había desplazado hasta allí, para hacer los contactos y analizar sobre el terreno cómo podíamos organizarlo.

No parece que a las autoridades israelíes les haya parecido bien la iniciativa...

Se supone que les debe molestar mucho el proyecto. Aunque, durante los interrogatorios, en ningún momento hicieron referencia al clown ni al festival. No obstante, en el mes de agosto, un hermano de Laila, mi traductora, ya había sido interrogado sobre nosotros por la Policía israelí.

¿Siguen con la intención de celebrar el festival en Palestina?

Somos uno de los eventos de referencia en Europa y movemos a 50.000 personas de público, algo que no consigue en Galicia ningún otro festival de teatro, así que Festiclown Palestina se va a celebrar aunque yo no pueda entrar. No obstante, estamos valorando el posponerlo. Personalmente, pienso volver a Palestina aunque sea cavando un túnel. Voy a pelear legal y diplomáticamente para poder entrar. El problema es que Israel controla todas las fronteras.

Ha anunciado su intención de presentar una denuncia contra el Gobierno israelí...

Nos hemos puesto en contacto con el ministerio de Asuntos Exteriores español, porque es imperdonable que el Estado español mantenga relaciones diplomáticas con Israel. Éste no es un país, es un Ejército. Estoy dispuesto a quemar mi pasaporte en público y renunciar a mi condición de europeo si seguimos manteniendo relaciones con un Ejército de ocupación que no respeta los derechos de nadie. Queremos presionar para que nos dejen entrar, se pueda hacer el Festiclown y denunciar el hecho de que es imperdonable que Europa mantenga relaciones bilaterales con Israel.

 

festival

«Somos un festival que mueve a 50.000 personas, lo que no consigue nadie en Galicia. Así que Festiclown Palestina se va a celebrar aunque yo no pueda entrar»

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