CRíTICA cine
«Iron Man 2»
Koldo LANDALUZE
La primera entrega de “Iron Man” supuso toda una bocanada de aire fresco dentro del torrente de superproducciones miméticas dedicadas a los superhéroes. Buena parte de ello se debió al tono desenfadado y divertidamente cínico que el cineasta Jon Favreu construyó alrededor del personaje central, el excéntrico multimillonario encarnado por Robert Downey Jr.
Tal y como suele ocurrir en demasiadas oportunidades, la segunda entrega se limita a prolongar los aspectos más reconocibles de tan carismático protagonista y los amplifica en un intento por subrayar lo que en el primer “Iron Man” resultó tan afortunado. Pero, carente del factor sorpresa, la nueva entrega protagonizada por el empresario de la armadura blindada bordea los límites de lo ya consabido peligrosamente por culpa de un guión que arranca con fuerza pero cuya racanería creativa la conduce hacia un consabido festival pirotécnico.
De todas formas, “Iron Man 2” contiene innegables aciertos que se traducen en la presencia de un Mickey Rourke que cumple con profesionalidad el rol del físico ruso caído en desgracia. Este personaje pretenderá vengarse del millonario superhéroe que acapara todas las portadas de los periódicos. Pero, sobre todo, destaca el rol de un Sam Rockwell muy divertido y que alcanza sus momentos de mayor logro guiñolesco cuando ejerce labores de maestro de ceremonias con bailecillo incluido.
Las cosas no funcionan tan bien en el apartado de las actrices, ya que el papel excesivamente plano de Gwyneth Paltrow impide que el chispazo emocional entre ella y el protagonista resulte convincente. Tampoco a su compañera de reparto, Scarlett Johansson, le funcionan mejor las cosas, ya que su gelidez, aparentemente sensual, se queda en una mera pose comercial que únicamente se resquebraja en cuanto ha de «ejecutar» sus acrobáticos saltos y peleas imposibles. “Iron Man 2”, en resumen, es un producto que ha pretendido ser excesivamente respetuoso con las claves de la primera parte pero sin correr excesivos riesgos.