Medio Ambiente ya había alertado sobre el estado de las obras de la central de Sarria
Las obras de la central hidroeléctrica del Arga fueron escenario del último accidente laboral mortal en Euskal Herria, apenas un año después de que otro trabajador perdiera la vida en el mismo lugar. En febrero, un informe del Gobierno navarro advertía del estado de las obras.I.B. |
El pasado martes, J.G.Z. un trabajador de 34 años residente en la localidad riojana de Albelda de Iregua, que trabajaba para la empresa Gruas Togasa, perdió la vida mientras trabajaba en las obras de construcción de una central hidroeléctrica en el río Arga. Poco más de un año antes, otro obrero, de 38 años, falleció igualmente en ese entorno de las presas de Sarria. En febrero, un informe del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno navarro alertaba sobre el estado de esas obras.
El documento, registrado el 2 de febrero en el Ayuntamiento de Gares y al que ha tenido acceso la plataforma Arga Bizirik, indica, respecto a las obras de la Central Hidráulica Sarria I, que «en la construcción del camino de acceso se han realizado taludes de excesiva pendiente, de gran altura y muy poco estables, en los que se están produciendo importantes erosiones y desmoronamientos». En este sentido, desde el Servicio de Calidad Ambiental señalaron que «ello dificultará las necesarias labores de restauración».
No quedan ahí las conclusiones del informe, en el que se afirma también que «se han realizado accesos al río no contemplados en el proyecto», que «han causado la destrucción de zonas pobladas de vegetación arbórea y arbustiva». Desde el Departamento de Medio Ambiente se informa, asimismo, de que «tampoco se ha realizado la forestación en compesación de la superficie ocupada por el vaso de los embalses». Con relación a este punto, se informa también de que en diciembre del año pasado se presentó en la Sección de Gestión Forestal un proyecto al respecto, pero valora que «resulta inadecuado, ya que en él se pretende revegetar superficies forestales ya pobladas por vegetación», lo que, a su juicio, «resulta muy alejado del espíritu de esta medida»
Al hilo de este accidente, LAB denunció que lo ocurrido pudo deberse a «unas condiciones de trabajo muy precarias», entre las que citó los excesos de jornada, la deficiente coordinación, la falta de supervisión y de formación o los elevados ritmos de trabajo. En un comunicado, el sindicato abertzale, que llevó a cabo una concentración en Gares, exigió que se inspeccionen los planes de seguridad, porque «está claro que no se están revisando ni cumpliendo», como a su juicio muestra el hecho de que haya dos personas fallecidas en esas misma obra en poco más de un año. LAB exigió a la administración que «pare esta sangría que tantos beneficios genera a la patronal y tantas desgracias para las familias».
En el informe del Servicio de Calidad Ambiental se apunta que en el camino de acceso a las obras de la central del Arga se han construido «taludes de excesiva pendiente, de gran altura y muy poco estables».
En las mismas obras en las que el martes murió el trabajador J.G.Z., de 34 años, hace poco más de un año perdió la vida otro obrero, de 38 años, que trabajaba para la empresa PINE Instalaciones y Montajes S.A.