Crisis en Europa
El Estado español acabará 2010 en recesión y destruyendo empleo
Las previsiones económicas de primavera difundidas ayer por la Comisión Europea dibujan un escenario poco alentador para una economía, la española, que está ya muy tocada. Según el informe, el Estado español acabará el año con una bajada en el PIB del 0,4%, algo en lo que influirá especialmente la subida del IVA prevista para julio, y con tasas de desempleo crecientes. Según la CE, la Unión Europea crecerá un 1%, aunque se enfrenta aún a grandes riesgos.
GARA | BRUSELAS
El Estado español será la única gran economía de la Unión Europea que acabará el año en recesión, con una tasa negativa del 0,4% del PIB y destruyendo empleo. Así consta, al menos, en las previsiones económicas de primavera hechas públicas ayer por la Comisión Europea. Según esas previsiones, la economía española saldrá de la recesión y volverá al crecimiento económico entre abril y junio de este año, aunque la subida del IVA aprobada por el Gobierno de Zapatero que comenzará a aplicarse en julio provocará una recaída en territorio negativo durante el tercer trimestre.
Asimismo, el Ejecutivo comunitario alerta que «cualquier retraso en la aplicación de los ambiciosos planes de consolidación fiscal previstos por el Gobierno podrían dañar la confianza interna y externa, lo que tendría efectos negativos en la economía real». En 2011, además la recuperación será débil (0,8%, frente al 1,8% que espera el Ejecutivo español). Estos malos datos, además, se dan después de que la Comisión haya revisado una décima al alza la previsión de crecimiento para el Estado español este año, aunque ha rebajado en dos décimas el pronóstico de 2011.
Respecto a la tasa de desempleo, la CE opina que el paro seguirá subiendo desde una media del 18% de la población activa en 2009 hasta el 19,7% este año y el 19,8% en 2011. No obstante, según la última Encuesta de Población Activa (EPA), el paro supera ya ahora el 20%. Bruselas alerta a Madrid de que «la alta segmentación en el mercado laboral puede provocar, como en el pasado, un importante incremento del paro de larga duración, reduciendo así el potencial de crecimiento de la economía española».
Por su parte, el déficit público, que se disparó al 11,2% del PIB el año pasado debido al aumento del gasto público y a la disminución de los ingresos, se reducirá muy lentamente hasta el 9,8% este año y el 8,8% en 2011, lo que pone en riesgo la exigencia de Bruselas de volver a situarse por debajo del umbral del 3% en 2013. También la deuda española subirá rápidamente desde el 53,2% del PIB el año pasado, hasta el 64,9% cuando acabe este año y el 72,5% en 2011, todavía por debajo de la media de la eurozona (88,5% ese año).
Riesgo para la UE
Respecto al conjunto de la Unión Europea, la CE ha revisado ligeramente al alza su previsión de crecimiento, hasta situarla en el 1% del PIB en 2010 y en el 1,7% en 2011 (en lugar del 0,7% y el 1,6% que había previsto en noviembre) por la mejor evolución de la economía internacional. No obstante, en el informe dado a conocer ayer se admite que la débil demanda interna sigue obstaculizando una recuperación más fuerte y que la inestabilidad en los mercados financieros puede poner en riesgo la recuperación.
«Las mejores perspectivas de crecimiento económico para este año constituyen una buena noticia para Europa. Ahora debemos garantizar que el crecimiento no quede truncado por los riesgos relativos a la estabilidad financiera», dijo al respecto el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, que reclamó, por este motivo, «esfuerzos resueltos de saneamiento presupuestario» y «reformas que fomenten la productividad y el empleo para garantizar un crecimiento sostenible».
Bruselas prevé que el crecimiento del PIB no se afianzará en la UE hasta finales de 2010. Y ello porque la expansión del consumo privado también está limitada por el débil incremento de los salarios y el empleo y, en algunos países, por los ajustes en el mercado inmobiliario.
Por estados, el informe augura crecimientos del 1,3% en el Estado francés, 1,2% en Alemania y Gran Bretaña, el 0,8% en Italia y el 2,7% en Polonia. Grecia decrecerá un 3% este año y un 0,5% el que viene, pero estas cifras no tienen en cuenta el plan de ajuste que se aprobó el fin de semana, según explicó el Ejecutivo comunitario, con lo que el resultado será peor. También caerán este año las economías de Irlanda (-0,9%), Letonia (-3,5%) y Lituania (-0,6%).
Mercado laboral
Los efectos de la crisis económica sobre el mercado laboral de la UE, aunque han sido sustanciales, son de magnitud «algo menor» que la prevista inicialmente, según las previsiones. Ello se explica por la aplicación de medidas a corto plazo y el mantenimiento preventivo de personal en algunos estados miembros, aunque también se deriva, a su juicio, de reformas anteriores. No obstante, la CE admite que debido al desfase que se observa entre la evolución de la economía real y la evolución del mercado de trabajo, se espera que el empleo siga disminuyendo este año, en alrededor del 1%, y no empiece a aumentar hasta 2011.
Se prevé que la tasa de desempleo en el conjunto de la UE se estabilice en una cifra cercana al 10%, lo que representa una disminución de medio punto porcentual respecto de la prevista en otoño, aunque la situación varía considerablemente entre los estados miembros.
En su informe de primavera, la Comisión Europea insiste en que «sigue pesando un alto grado de incertidumbre sobre la recuperación de la UE». «Dado que la economía está saliendo de una recesión asociada a una crisis financiera -apunta-, la recuperación depende esencialmente de la fortaleza de los mercados financieros, que debe restablecerse plenamente». Asimismo, considera que «una nueva ampliación de los desequilibrios a nivel internacional podría afectar a las perspectivas de crecimiento de la UE».
Por contra, también sostiene que la recuperación del mercado laboral, la reactivación de los mercados emergentes, la recuperación del comercio o el plan para Grecia podrían impulsar la economía de la UE por encima de las previsiones actuales.
La deuda española a largo plazo siguió deteriorándose ayer, ya que la rentabilidad que ofrecía para atraer a los inversores subía por la mañana al 4,165%, lo que la colocaba a la distancia más elevada de los últimos 10 años con respecto al rendimiento de la deuda alemana.
El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, descartó ayer que exista riesgo de contagio de la crisis de deuda griega a otros estados de la moneda única como el Estado español y Portugal.
Axel Weber, miembro de la dirección del BCE y presidente del Bundesbank, sostuvo sin embargo que «existe la amenaza de un grave efecto de contagio para otros miembros de la eurozona».
La agencia de calificación Moody's ha puesto en revisión la deuda de Portugal, que tiene una nota de «AA2», de cara una posible rebaja del ráting por el «reciente deterioro» de sus finanzas públicas.
El presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, advirtió ayer al sector financiero de que no va a permitir que los mercados se conviertan «en un campo de juego para la especulación», y anunció que Bruselas podría proponer nuevas reformas si ésta no se frena.
«Actuaremos rápidamente si es necesaria más regulación», dijo Barroso en una comparecencia ante el pleno del Parlamento Europeo centrada en la situación de las finanzas griegas y de otros estados de la zona euro que, como el Estado español, sufren en los mercados por los temores de un contagio y los rumores especulativos.
Precisamente, el comisario de asuntos económicos, Olli Rehn, salió al paso de los rumores sobre una posible ayuda de la UE a Madrid, que el martes golpearon a la bolsa española. «No, no lo vamos a proponer, porque no hay ninguna necesidad de proponer esa asistencia», sostuvo.
A pesar de esas palabras de apoyo a la economía española, el Ibex volvió a registrar ayer una fuerte caída, superior al 2%, y acabó la jornada en mínimos anuales. GARA
Acuciados por el grave problema de credibilidad que tiene la economía española en los mercados internacionales, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy mantuvieron ayer su primer encuentro en año y medio, prácticamente desde que el líder del PSOE comenzara su segunda legislatura en La Moncloa.
Fue la reunión más larga entre ambos mandatarios, pero al término de la misma comparecieron por separado para detallar de qué habían hablado. Zapatero destacó, en este sentido, el acuerdo alcanzado para que el 30 de junio esté concluida la reestructuración de las cajas de ahorros que, a su juicio, aumentará la confianza en el sistema financiero español. Junto con el acuerdo en el ámbito financiero, resaltó el consenso sobre el préstamo de casi 9.800 millones de euros a Grecia, ya que consideró que es un «tema de Estado».
Por ello, consideró «útil y positiva» una reunión en la que, sin embargo, reconoció que no existió la misma coincidencia en otros temas como la reducción del déficit público y la reforma laboral. Y es que las muestras de acuerdo entre ambos dirigentes se limitaron a lo antes expuesto, de modo que, mientras Zapatero acusó al presidente del PP de tener una actitud «incoherente» por pedir que se haga una reducción drástica del déficit público, Rajoy aprovechó para ofrecerse como alternativa y asegurar que está dispuesto a asumir el reto de gobernar «cuando los españoles lo decidan». GARA