Hay que tomar decisiones ya, aunque sean doloras. Individual y colectivamente. Una decisión propia: mirar solamente los quince segundos de arranque del programa del tiempo de La Sexta cuando lo presenta su mejor humorista. El resto de las ofertas con soles y nubes, negarlas, obviarlas, en todas las cadenas, porque las previsiones meteorológicas son más nocivas que las económicas para el ánimo personal y la economía global. Fallan hasta para contar lo que pasó. Como los supuestos especialistas de economía. ¿No será que forman parte de un complot universal los unos y los otros? La cuenta de resultados es un anticiclón o una borrasca según se miren del derecho o del revés. En la banca siempre hay clima tropical.

Existen previsiones secretas que se visualizan sin contrastes. El efecto TVE sin publicidad empieza a amortizarse en cuanto a las audiencias y ya se nota en las ganancias de las privadas. Tele 5 anuncia un crecimiento de más del cien por cien en ingresos en el primer trimestre de este año en comparación con el año anterior. Antena 3 tampoco va mal. Van a incrementar el precio de la publicidad para ganar todavía más. Es el mercado. Las previsiones se van cumpliendo y la berlusconización del espectro televisivo avanza inexorablemente. Es un modelo abrasivo, desmovilizador, populista pero que hace millonarios a unos cuantos mientras contamina con su toxicidad y baja la calidad general. Las institucionales, con o sin publicidad, siguen sus pasos, no tienen recursos ni ideario para contrarrestar los efectos disolventes. Otra decisión: privatizarlas todas, porque su programación no justifica su titularidad pública de uso político privado y partidista a costa de los presupuestos generales. Salvemos La 2.

Isabel Pantoja está acusada de cosas graves. Le dedican otras cuatro horas más de televisión después de los millones de horas ya emitidos al hilo de una petición de cárcel y una fianza espectacular. No se aporta nada. Es una convocatoria del «ya lo decía yo». O sea las previsiones de algunos se están cumpliendo. El dato: este programa escoba fue el único que mantuvo un pulso de audiencia con el fútbol de miércoles.