Gloria Latasa gloriameteo@hotmail.com
La apacible llegada de un frente cálido
Las señales de aviso del acercamiento de un frente cálido son relativamente fáciles de detectar. Se trata de una batalla en la que una masa de aire más caliente va a empujar a otra más fría, a la que va a desalojar. Para conseguirlo, comenzará a remontarla lentamente, se irá enfriando a medida que ascienda (como por una pendiente) y dará lugar a la formación de una de las secuencias de nubes más interesantes de cara a la previsión.
Antes de que se inicie todo el proceso, lo más probable es que haga buen tiempo y que, por ello, veamos el cielo salpicado de cúmulos. Los primeros cambios en el aire los podremos detectar cuando al paso de los aviones las estelas permanezcan o, incluso, se extiendan, señalando un aumento de la humedad en las capas altas de la troposfera.
Con la aproximación del frente la presión comienza a bajar. Aparecen las primeras nubes, los cirros (aunque no siempre que hay cirros se acerca un frente). Poco a poco éstos van ocupando todo el cielo y aparecen los cirrostratos. Si nos fijamos bien, probablemente veamos algún halo. Es posible que en unas 10 ó 15 horas de media haga su aparición la lluvia.
Las siguientes nubes que podemos ver son los altostratos. Primero «desdibujan» al sol (o la luna) y terminan por hacerlo desaparecer. Ahora podemos estar en torno a unas 5 ó 6 horas de que empiecen a caer las primeras gotas. Por fin, aparecen los nimbostratos, el cielo se encapota por completo y llega una lluvia que puede durar varias horas.
Es el momento de la aparición de nubes bajas como estratos y estratocúmulos. El estacionamiento de la presión, el ascenso de las temperaturas y un empeoramiento de la visibilidad son las señales de que el frente ha pasado.