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«Debemos formular propuestas para edificar nuestro pueblo»

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Alitxu Martínez del Campo y Guillermo Perea
Integrantes de Herria Abian!

Herria Abian! celebra hoy en Donostia una asamblea general que pondrá el colofón a ocho meses de debate para definir las bases para el cambio social en Euskal Herria. Guillermo Perea y Alitxu Martínez del Campo hacen balance del trabajo realizado y del camino que hay que seguir recorriendo.

Iker BIZKARGUENAGA |

Herria Abian! celebra hoy su asamblea general en Donostia. ¿Con qué objetivos?

ALITXU MARTÍNEZ DEL CAMPO: Esta asamblea constituye la última fase de un debate en el que han participado numerosos colectivos de diferentes sectores y al que se han hecho muchas aportaciones, tanto colectivas como personales, desde que en junio del año pasado se elaboró el diagnóstico. Nos vamos a juntar para definir una herramienta de trabajo que nos sirva para dar nuevos pasos en la dirección del cambio social que necesita este pueblo, y que ha de recoger los dos mínimos que se impulsaron en la creación de Herria Abian!: un cambio profundo del actual modelo y la necesidad que tenemos de instrumentos para poder llevarlo a cabo.

¿Puede decirse que es el colofón a estos ocho meses de debate?

GUILLERMO PEREA: Sí, entendemos que es así, que es el resultado práctico de ese debate de ocho meses en el que hemos puesto lo mejor de nosotros y nosotras mismas para formular un instrumento que sirva para cambiar de forma radical este modelo neoliberal, opresor de nuestro pueblo y de una gran mayoría de personas que convivimos en él.

¿Cuál es el balance de ese proceso? ¿Quiénes han participado?

A.M.: Muy positivo, como hemos dicho, ha habido numerosas aportaciones, todas con el objetivo de profundizar en los cuatro ejes centrales de la propuesta de Herria Abian!: reparto del trabajo productivo y reproductivo, reparto de la riqueza, democratizazcion de la economía y desarrollo democrático del ecosistema.

Además, en los debates y asambleas que hemos realizado han participado colectivos y personas a nivel individual convencidas de que es posible y necesario el cambio social, de que tenemos razón y de que se puede hacer realidad un mundo en el que no existan relaciones basadas en la explotación y en la opresión y donde no se permita ningún tipo de discriminación, ni por cuestión social, ni por edad, orientación sexual, genero, etnia u origen.

Uno de los puntos consensuados es el que apuesta por la soberanía económica y la participación social en la toma de decisiones. ¿Creen que es fundamental?

G.P.: Sin la soberanía económica cualquier cambio que se nos quiera vender estaría supeditado a las decisiones del Estado español y del francés, por lo cual una de las garantías fundamentales pasa por ser soberanos para tomar nuestras propias decisiones. Pero aún en el caso de que consiguiéramos la independencia, es imprescindible que la ciudadanía pueda participar en la toma de decisiones económicas, por ejemplo en la elaboración de los presupuestos de las distintas administraciones, de lo contrario no existiría democracia.

Una necesidad, la de soberanía económica, que puede verse acentuada en contextos económicos como los que estamos viviendo hoy en día.

A.M.: Claro, ahora más que nunca es patente la injusticia que supone que la riqueza que generamos, que está conseguida en base a la explotación de trabajadores y trabajadoras, a la división sexual del trabajo y a la opresión de los pueblos, esté concentrada en manos de unos pocos y que además, en esta situación, éstos sean los grandes beneficiados por las políticas neoliberales de los gobiernos, mientras se carga a las espaldas de la ciudadanía la solución a esta crisis que ellos mismos han provocado.

Medidas como las que ha planteado el Gobierno español esta semana siguen incidiendo en lo mismo: se recortan salvajemente los derechos sociales mientras se desvían fondos públicos a las manos privadas responsables.

En las últimas semanas ha cogido fuerza el debate sobre la necesidad de que Euskal Herria se desprenda del «lastre» económico que supone el Estado español. ¿Creen que es un momento adecuado para impulsar un debate en este sentido?

G.P.: Anteriormente hemos comentado la necesidad de ser independientes y de construir una democracia participativa. Naturalmente el Estado español es un lastre para nuestra economía en la medida que dependemos de ellos para casi todo, pero es que además, en estos momentos, si no queremos caer en el agujero negro de la crisis, que va para largo, debemos formular propuestas como Euskal Herria para planificar nuestra economía sin tantas dependencias, edificando nuestro pueblo desde el marco local, desde la generación de la riqueza endógena, abarcando a todos los sectores, pero mimando especialmente el sector primario.

También citan entre sus bases la democratización de la economía como elemento necesario. ¿En qué sentido?

A.M.: En el sentido de garantizar la participación de la ciudadanía en la planificación de aspectos sociales y económicos: asegurar que el pueblo participe en la elaboración de presupuestos, planes urbanísticos, garantizar que tengamos información y acceso a los asuntos públicos y poder ejercer control sobre ellos, impulsar formas de organización que posibiliten la participación de los trabajadores y trabajadoras en los centros de trabajo. Para esto es imprescindible impulsar herramientas como las asambleas, referéndums, consultas populares...

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«En los debates han participado colectivos y personas convencidas de que el cambio social es posible y necesario, que se puede hacer realidad un mundo sin relaciones basadas en la explotación»

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