A la felicidad por contrato
«El pastel de boda»
M.I. | DONOSTIA
El cine de ficción nunca quiso parecerse a los reportajes de bodas, hasta que a Robert Altman se le ocurrió a finales de los 70 dedicar una película por entero a ese tipo de ceremonia en «Un día de boda». Desde entonces han sido muchos los cineastas que han visto en la celebración de un casamiento la oportunidad de diseccionar a la familia y su explotación contractual del amor, o simplemente de las uniones matrimoniales entre las personas.
Denys Granier-Deferre, hijo del maestro Pierre Granier-Deferre, no se toma muy en serio lo del convite, así que factura una comedia entre irónica y romántica sobre los enlaces, a sabiendas de que ya no son para toda la vida.
Los novios y sus familias quieren que todo salga perfecto, pero la foto de grupo con la que han soñado al final sale algo movida. Ya se sabe lo que pasa cuando se reúne a mucha gente en una fiesta y corre el alcohol, escapando a cualquier intento por controlar la situación. Dentro de la concepción coral de «El pastel de boda» sobresalen los comediantes veteranos, siendo Jean Pierre-Marielle y Danielle Darrieux los que más se lucen como el cura que tiene que casar a la joven pareja y la abuela de la novia, de tal suerte que ocultan un mutuo interés que viene ya de tiempo atrás.
Dirección: Denys Granier-Deferre.
Guión: Jéröme Soubeyrand, sobre una obra teatral de Blandine Le Callet.
Intérpretes: Jérémie Renier, Clemence Poésy, Jean-Pierre Marielle, Danielle Darrieux, Julie Depardieu, Aurore Clément.
País: Estado francés, 2010.
Duración: 90 minutos.