El primer ministro tailandés retoma su plan tras expulsar a los «camisas rojas»
El primer ministro de Tailandia, Abhisit Vejjajiva, anunció ayer la restauración del orden en el conjunto del país tras el asalto militar al campamento de los «camisas rojas» y se comprometió a poner en marcha la misma «hoja de ruta» que propuso a principios de mes para solucionar la crisis.GARA |
«Hemos restablecido el orden en Bangkok y otras provincias», señaló Abhisit Vejjajiva en un breve discurso televisado. El primer ministro tailandés aseguró ayer que las fuerzas de seguridad han restablecido el orden tras los disturbios provocados por el asalto del Ejército y el desalojo de los «camisas rojas» del campamento que habían instalado en el centro de Bangkok. Al mismo tiempo, reiteró su compromiso de trabajar para acercar posiciones y a favor de una reconciliación que acabe con las divisiones políticas que atenazan al país desde el golpe de Estado que en 2006 depuso a Thaksin Shinawatra. Aseguró que seguirá adelante con su «hoja de ruta» para la reconciliación
El paulatino retorno a la normalidad era visible en el centro de la capital y el Ejército tenía previsto finalizar por completo sus operaciones en la antigua zona «roja» por la tarde.
Tras una segunda noche de toque de queda, no se registraron disturbios en Bangkok, cuyos accesos estaban vigilados por puestos de control del Ejército.
Pero Abhisit Vejjajiva, cuya renuncia exigían los «camisas rojas» atrincherados durante más de dos meses en la capital, admitió que el cese de los enfrentamientos violentos no ha puesto fin a la profunda crisis política que vive su país, la más grave en los últimos veinte años.
«Reconocemos que nos enfrentamos a retos enormes, en especial la superación de las divisiones existentes en nuestro país», indicó.
«Os invito a todos a participar en el proceso de reconciliación», agregó Abhisit, quien dijo que mantiene la «hoja de ruta» que planteó el 3 de marzo para poner fin a la crisis, aunque no hizo ninguna mención a la posible celebración de elecciones anticipadas, propuestas para el 14 de noviembre y retiradas después.
El plan ofrece reformas políticas, justicia social e investigaciones sobre la violencia política.
El derrocado ex primer ministro Thaksin Shinawatra apostó ayer por un nuevo diálogo político «justo y equitativo» para solucionar la crisis. Hizo un llamamiento a la calma y condenó las acciones de quienes actuaron con «oportunismo e impunidad para causar destrozos», lo que consideró ajeno al movimiento de los «camisas rojas». Desde su exilio en Dubai, el magnate culpó de las muertes a los abusos de las fuerzas de seguridad controladas por el Gobierno.
Bangkok se apresuraba ayer a recuperar una apariencia normal tras dos meses de protestas, en un intento de evaluar el coste de la crisis entre la destrucción de algunos barrios, la reducción de la actividad y el prolongado deterioro de su imagen.
La situación de la seguridad se asemejaba a la de régimen militar. Pero la economía permanecía ralentizada con una Bolsa de Valores incendiada, el centro comercial más grande del país quemado y a punto de derrumbarse, y todos los bancos de la capital cerrados.
Para algunos analistas, sin embargo, esos daños son menos importantes que el perjuicio causado a la imagen del país. Considerada durante mucho tiempo un oasis de estabilidad en Asia, Tailandia se ha convertido en un lugar inestable y peligroso.
«La crisis ha socavado la confianza en el país», señaló Nandor von der Luehe, presidente de las cámaras de Comercio Exterior. «No creo que las inversiones ya realizadas sean retiradas, pero va a ser complicado atraer nuevos inversores. Se necesita tiempo para labrar una reputación y una noche para destruirla», sentenció.
El Gobierno ha rebajado de 16 a 3 millones el número de turistas que estiman viajarán a Tailandia en 2010, lo que supone un duro golpe a un sector que representa el 6% del PIB. Considera que los disturbios de los últimos días tendrán «consecuencias desastrosas» en el turismo. Rachel O'BRIEN (AFP)
Varias agencias informaron ayer del hallazgo de nueve cadáveres más entre las ruinas del Central World, pero los servicios de emergencia confirmaron sólo el descubrimiento de un cuerpo carbonizado.