«Gracias, Numancia», le debió de decir el Real Unión al conjunto soriano al final del encuentro. Los regalos siempre se suelen esperar con mucha alegría. Y en esta ocasión llegaron en claros errores defensivos de la zaga visitante, que adelantó inexplicablemente demasiado su línea en la segunda parte cuando tenía todo a favor para ganar.

El Real Unión ya sabe lo que es vivir de la remontada y se sacó del bolsillo el guión de jornadas anteriores para marcar cuatro goles y dar un pasito más hacia adelante. O un gran paso, porque, a expensas de lo que pase en los partidos de esta tarde, los irundarras han salido de la zona de descenso cinco meses después.

Entre los goleadores, además, hay que recalcar a uno: Gorka Brit. El lasartearra le marcó un hat-trick a su ex equipo a base de trabajo y olfato goleador.

El partido, sin embargo, se puso muy cuesta arriba en la primera parte. Los 45 minutos iniciales fueron para olvidar. Y no precisamente por el mal juego unionista -aunque le costó entrar en el partido-, sino por todas las adversidades a las que tuvo que hacer frente.

La primera de ellas, el colegiado y uno de sus asistentes, que no señalaron un claro fuera de juego en una falta lateral al comienzo del duelo. Y ese mismo error se volvió a producir en el minuto 8, cuando Nano recogió un balón más adelantado que la defensa local para ponérsela a Asier, que marcó a placer ante el meta Jauregi.

La otra gran adversidad se produjo en un error que parecía haberse esfumado en las jornadas anteriores: la falta de gol. Y es que este equipo, al que tanto le cuesta marcar, no puede permitirse el lujo de errar ocasiones clarísimas, como la que tuvo Juan Domínguez, que falló lo imposible.

Y cuando no eres tú el que marca, en ocasiones lo hace el rival. Nano cedió de tacón en la banda izquierda a su compañero Dimas, quien batió con un tiro cruzado a Jauregi después de dejar sentado a Beobide.

El saco de los goles

Tras el descanso podían ocurrir dos cosas: que el Unión se viniese abajo o que saliese a morder, sabiendo que se la jugaba todo a una carta.

El resultado final del partido señala por qué opción se decantó el equipo de Iñaki Alonso. Los irundarras apretaron de lo lindo y lograron marcar muy temprano el primero. Brit abría su cuenta particular al recibir un pase en profundidad de Romo y regatear al guardameta Jesús.

La lata estaba abierta. Ahora hacía falta marcar el segundo para empatar y poner las cosas en su sitio. El Numancia hizo algo muy extraño, porque con el resultado a favor adelantó su línea defensiva, dejando muchos espacios libres. Su técnico Gonzalo Arconada se justificó señalando que «en el descanso nos hemos llevado desilusión por no tener opciones de ascenso por los resultados de otros equipos».

Este hecho hizo que los locales comenzasen a crear mil y una ocasiones ante la meta de Jesús. Aunque este regalo parecía no gustar demasiado a los guipuzcoanos, porque en los metros finales las ideas se les nublaban.

Hasta que apareció Abasolo. El centrocampista de Durango, que había salido hacía poco, marcó el empate. La afición enloqueció. No era para menos, porque se veía, además, la posibilidad de vencer.

Y ese camino de la victoria tomaron los unionistas. Corría el minuto 74 cuando Domínguez, queriéndose quitar una espinita clavada, le cedió la pelota a Brit, que sólo tuvo que acompañar al balón para marcar a placer.

El tercero de su cuenta anotadora llegaría ya en el 87, en una jugada calcada. Los aficionados empezaron a hacer la ola, algo nunca visto esta temporada en Gal. Ya en el 92, Goiria marcó el tercero para su equipo.

Sería importantísimo que este saco de goles no se rompiese en el viaje del próximo domingo a Salamanca.