El Estado español paga el doble para poder colocar su deuda a seis meses
La falta de credibilidad que sufre el Estado español le obligó a garantizar una rentabilidad muy superior para colocar su deuda a tres y seis meses en la subasta celebrada ayer. Especialmente llamativo fue lo sucedido con la emisión a seis meses, por la que tendrá que pagar el doble que hace apenas un mes. Las tensiones en los mercados y la desconfianza existente en torno a la situación de la economía española han marcado las subastas de deuda de mayo.
GARA
Al Estado español le costó cerca del doble colocar letras a seis meses en la subasta celebrada ayer debido a las dudas de los inversores sobre el estado de su economía, y el Tesoro tuvo que elevar la rentabilidad de estos instrumentos al 1,320%, frente al 0,76% de la anterior subasta, celebrada el pasado 27 de abril, según informó la agencia Efe.
Con este incremento, el rendimiento de las letras españolas con vencimiento a seis meses se colocó en el nivel más alto desde enero de 2009, al 1,320%, mientras que en la subasta de ayer también se colocaron letras a tres meses, cuyo rendimiento experimentó un incremento no tan acusado, al pasar del 0,549% de abril al 0,7%.
En cuanto a los importes adjudicados, las arcas españolas obtuvieron en la subasta 2.005,23 millones de euros con las letras a seis meses, frente a los 3.820,2 millones solicitados por los inversores, mientras que la deuda a tres meses les permitió captar 1.062,5 millones, en comparación con los 3.333,48 millones pedidos.
Tensión y desconfianza
Las subastas de mayo han estado presididas por las tensiones de los mercados y la desconfianza sobre la evolución de la economía española a corto y medio plazo. De hecho, el pasado 6 de mayo el Tesoro tuvo que elevar considerablemente la rentabilidad de los bonos a cinco años en la subasta, que pasó del 2,85% al 3,580%, en medio de fuertes rumores sobre una quiebra del sistema económico español.
No tuvo tantos problemas en la subasta de obligaciones a 10 años, que se saldó con un modesto incremento del rendimiento de estos títulos, lo que demuestra que las preocupaciones de los mercados internacionales sobre la situación económica del Estado español en estos momentos se centran fundamentalmente en el corto y medio plazo y no miran a largo.
El comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, aseguró ayer que las principales medidas para proteger al euro acordadas por la Unión Europea (UE) no requerirán cambios en el Tratado de Lisboa, al contrario de lo que opinan países como Alemania. Según sostuvo, ni la creación de un mecanismo permanente para apoyar a países en apuros ni el refuerzo de la supervisión presupuestaria y del Pacto de Estabilidad necesitan de modificaciones en el Tratado y podrán hacerse realidad con cambios en la legislación secundaria. «Esto supone que pueden decidirse y aprobarse rápidamente, algo importante por el sentimiento de urgencia que hay», señaló Rehn en declaraciones recogidas por Efe.
Según el comisario, si los estados miembros quieren ir «más allá» y modificar el Tratado será sus responsabilidad el estudiar si es posible un nuevo proceso de ratificación en los Veintisiete. En varias ocasiones, Angela Merkel, ha considerado inevitable modificar el Tratado de la UE para reforzar la estabilidad económica. Berlín defiende una reforma del Pacto de Estabilidad de la Unión para que incluya medidas más severas con los países que lo incumplan. GARA
El economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Olivier Blanchard, consideró ayer que el resto de países europeos no necesita aplicar medidas tan «drásticas» como Grecia para reducir su déficit presupuestario, ya que su situación de partida y su credibilidad contable no es comprable a la del país heleno. Por ello, señaló que podrán limitar el impacto de la consolidación fiscal en curso sobre el crecimiento a corto plazo de sus economías, ya que también sería «un error» adoptar un «excesivo celo por la austeridad».
«Los mercados a menudo tienden a poner a algunos países en el mismo cesto», explicó Blanchard en una entrevista concedida al diario galo «La Tribune» en la que señala que estos países «son más creíbles», tienen menos deuda y pueden permitirse un ajuste más gradual y así «limitar el impacto negativo de la consolidación fiscal sobre el crecimiento a corto plazo».
En cualquier caso, el responsable del FMI sí defendió un cambio generalizado del sistema de pensiones, con medidas como una reforma que suponga el retraso paulatino de la edad legal de jubilación o el incremento del periodo de contribución. GARA