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Una huelga para la esperanza

La jornada de huelga que ayer paralizó buena parte de los servicios públicos en Hego Euskal Herria -a pesar de los abusivos servicios mínimos decretados- sirvió para poner de manifiesto, de un lado, el profundo malestar entre los trabajadores de la administración ante un deterioro de la función pública que ni es nuevo ni tiene en el anunciado recorte de los salarios su único exponente. Y de otro, el compromiso de las centrales que conforman la mayoría sindical vasca con una respuesta contundente ante las agresiones que tanto la patronal como ciertas instancias político-administrativas dirigen hacia la clase trabajadora vasca en un intento por hacer que sea ésta quien pague la vajilla rota de la crisis.

En un evidente contraste con el sindicalismo de despacho del que hacen gala UGT y CCOO, tanto en Madrid como en territorio vasco, las centrales abertzales han dado un primer paso para despejar cualquier duda sobre cuál tiene que ser su estrategia frente a futuras agresiones: la movilización de sus bases y de la clase trabajadora para defender en la calle y en los centros de trabajo los derechos laborales. Unos derechos cuyos recortes no se van a detener con las medidas que afectan ahora a los funcionarios, y que por lo tanto reclaman una réplica en clave de rotundidad y sostenimiento.

Quienes han sido incapaces, no ya sólo de prever, sino de atajar o minorar los efectos de la crisis, son ahora brazos ejecutores de las amputaciones de derechos. Ayer mismo, el Fondo Monetario Internacional cargaba de nuevo con su exigencia de una «reforma radical y urgente» del mercado laboral, que en el lenguaje de quien ejerce la dirección espiritual del capitalismo significa gratuidad del despido libre y desactivación de la negociación colectiva como instrumento de mejora de las condiciones laborales. Los gobiernos, se digan de izquierdas o de derechas, no van a frenar ese discurso. Sólo un ambiente de respuesta social contundente como el que ayer lideró la mayoría sindical vasca puede avivar la esperanza de frenar esta violenta agresión contra los trabajadores.

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