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Xabier Iturbe Presidente de Kutxa

Capital financiero y capital social («core» y «cuore») de Kutxa

Estamos manteniendo el compromiso que tenemos con la Obra Social, pese a la reducción de beneficios. Porque nos lo permite nuestro «core» financiero y porque nos lo pide nuestro «cuore», nuestro corazón, que es la Obra Social

En la reciente presentación del avance de resultados de la investigación sobre valores sociales -impulsada por la alianza estratégica Gipuzkoa Aurrera y realizada a través de la iniciativa Gipuzkoa Sarean- se propuso la idea de un Centro de Innovación Social y se aludió a la oportunidad y conveniencia de realizar intervenciones en diversos ámbitos para fortalecer el capital social de nuestro territorio.

Se han identificado hasta doce valores sociales, entre los que destacaría -sin querer priorizar- el esfuerzo, la coherencia, la honradez, la honestidad, el liderazgo, el compromiso... y el optimismo o el buen humor. En mi opinión, la clave está en que se trata de un proyecto que pretende incidir en los valores a través del ejemplo.

Para ello, se busca la implicación de organizaciones con modelos de gestión avanzados, con una cultura empresarial y organizacional basada en la persona. Y ahí creemos que Kutxa tiene una experiencia que aportar, puesto que estamos convencidos de estar preparados y rodados para contribuir al objetivo común de «impulsar la innovación social para salir de la crisis, rentabilizando las inversiones en capital humano y en infraestructuras».

Sector financiero y fusiones. Quiero comentar la situación por la que atraviesa el sector financiero y particularmente el de cajas de ahorro, donde la palabra de moda es «fusiones».

Vengo manteniendo que no hay un modelo único de fusión de cajas y, sobre todo, que no hay una motivación única para que las cajas de ahorros se fusionen.

La mayoría de las que han planteado fusionarse en estos últimos meses, y las que apuntan a hacerlo en las próximas semanas, se fusionan por necesidad. La misma necesidad que lleva a otras a acogerse a los SIP (Sistemas Interinstitucionales de Protección) y/o a manejar la posibilidad de emitir cuotas participativas con derechos políticos. Son cajas que necesitan capital porque en general su solvencia -el nivel de sus recursos propios- está gravemente comprometida y no pueden reforzarla por medio de ampliaciones de capital ni por aportación de sus propietarios. No hay accionistas en las cajas de ahorros.

Es éste un escenario en el que afortunadamente no estamos las cajas vascas. Nuestro capital financiero es muy sólido y seguimos pensando en la conveniencia de una fusión, que se dará cuando llegue el momento oportuno -que no es el actual, con una profunda crisis económica- y se alcance el consenso adecuado. La nuestra será una fusión vocacional que abordaremos con serenidad, espero que con generosidad y, sobre todo, con visión social.

Lo que hay en juego. En torno a las fusiones de las cajas de ahorros lo que está en juego es la representación, y por tanto la propiedad, del 50% del sector financiero español. El otro 50%, representado por la banca, aprieta: «Hágase ya la reordenación de las cajas». Y éstas, por el contrario, decimos: «Las posibilidades están muy abiertas y no hay fórmulas uniformes». Yo añadiría: «Lo que hagamos, que se haga sin prisas». Porque en Kutxa somos conscientes de que nos jugamos la oportunidad de definir un nuevo paradigma del negocio financiero.

El core capital medio de las cajas está, aproximadamente, en el 7%. Dentro de la diversidad de situaciones y con la previsible regulación de Basilea III no parece probable que se pueda mantener este nivel, ni incluso que el hacerlo vaya a ser suficiente para hacer frente a los retos que va a plantear la salida de la crisis económica.

El core capital de las cajas vascas casi dobla ese índice que, en el caso particular de Kutxa, alcanza el 13,04%. No hay duda, por tanto, sobre nuestra solvencia financiera. Aunque confirmamos, como sucede en el conjunto del sector, que hay serias dificultades para incrementar los capitales financieros. Pero es que, además, vemos llegada la hora de incrementar el capital social. Es nuestra oportunidad y nuestra obligación.

Vuelta a lo básico. En Kutxa venimos trabajando en la definición de un nuevo modelo de relación con la sociedad, con los clientes y con los ciudadanos. Hemos comprobado que argumentos importantes como la satisfacción del cliente, la calidad, la innovación, la competitividad, siendo necesarios, no han sido suficientes. Que faltaban otros componentes de la estrategia como la ética, los valores, el cumplimiento, el control... aspectos desdeñados por las grandes entidades financieras internacionales y en cuyo abandono está una de las claves para entender el origen de la crisis financiera.

De ahí la reafirmación de nuestra apuesta por el compromiso social y la sostenibilidad; por la identidad y por el desarrollo de nuestro ámbito de actuación. Una nueva vuelta a lo básico, a los valores que dieron lugar a la creación de las cajas.

En nuestro origen estaba ya el objetivo de crear valor para la sociedad, no sólo en términos económicos, sino de bienestar y de progreso social sostenible. A eso llamamos un siglo después «incrementar el capital social». Se trata de dar respuesta al requerimiento de una sociedad guipuzcoana que quiere potenciar, también en el ámbito financiero, los valores del compromiso, la honestidad, la responsabilidad y la cercanía.

Incrementar el capital social exige hoy combinar competitividad, sostenibilidad, eficiencia y la innovación social. ¿Cómo se manifiesta en Kutxa? En la coyuntura actual, hay un dato revelador: estamos manteniendo el compromiso que tenemos con la Obra Social, pese a la reducción de beneficios. Porque nos lo permite nuestro core financiero y porque nos lo pide nuestro cuore, nuestro corazón, que es la Obra Social. Y queremos que nuestros clientes y la sociedad lo sientan latir más fuerte que nunca en esta situación tan complicada.

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