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Maite SOROA | msoroa@gara .net

Las versiones de una misma huelga

Suele suceder tras cada huelga, pero lo de ayer me pareció especialmente llamativo. Me refiero, claro está, a la versión de los hechos que ofrecía cada medio.

Así, «Berria» hacía una lectura positiva del asunto: «Erantzun zabala izan du murrizketen kontra sektore publikoan deitutako lanuzteak». Y al mismo tiempo, «El Correo Español» se despachaba con un minúsculo «La huelga sólo se notó en la enseñanza».

En «El Diario Vasco» señalaban: «La respuesta a la huelga fue desigual y se dejó sentir más en la enseñanza».

En los dos medios aportaban también un mismo editorial titulado «Responsabilidad sindical» en el que sentenciaban que «más allá de la dudosa eficacia sindical y de la inconveniencia social de ambas huelgas, lo que se sitúa fuera de la realidad es la ecuación reivindicativa formulada por los convocantes de `más servicios públicos, más gasto social y más empleo'». Ya empiezan a enseñar la patita.

Y para rematar la faena, sentencia el editorialista que «el funcionariado padece el estigma de ese lugar común que discute su eficiencia cuando cuenta con un puesto de trabajo estable. Pero aunque la responsabilidad primera de una función pública eficaz es de las instancias políticas de las que depende, una defensa a ultranza de los derechos adquiridos puede frenar que Euskadi adecúe el peso de sus administraciones a las necesidades de un sistema de bienestar sostenible y de un modelo de crecimiento competitivo».

En «Diario de Noticias» presentaban un titular un tanto enigmático: «Primera huelga de la función pública», mientras su versión guipuzcoana, «Noticias de Gipuzkoa» hacía su propia valoración: «La huelga pasa de puntillas». Y «Deia», del mismo grupo editorial, era más contundente: «Huelga en Euskadi, bronca en Madrid».

Y en «Diario de Navarra» sentenciaban: «Escasa incidencia en el sector público de la huelga de sindicatos nacionalistas».

Y también «El País» se subía al carro: «ELA y LAB fracasan en la huelga contra Zapatero», aunque matizaba a continuación que «el respaldo entre los profesores elevó la media».

Se pueden imaginar lo que contaba «El Mundo»: «Los funcionarios desnudan a los sindicatos nacionalistas».

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