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África se sacude el olvido de occidente y estrecha lazos con los países emergentes

El mundo entero reconoce el interés económico en los recursos humanos y naturales de Africa, afirmando la importancia estratégica del Continente Negro, pero son los países emergentes como China, India y Brasil los que han ocupado el lugar de Occidente y han aumentado en los últimos años su presencia y su ayuda al desarrollo.

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Mirari ISASI

Cada día, las economías emergentes como Brasil, China e India son más importantes en el desarrollo de Africa», asegura el informe del Panel para el Progreso de África (APP), presentado esta semana en Johannesburgo con motivo de la conmemoración del Día de Africa.

Se trata de un informe anual sobre los compromisos de la comunidad internacional y, en particular, del G8 (Canadá, Rusia, EEUU, Alemania, Italia, Japón, EEUU, Gran Bretaña y Estado francés) con el continente. Centrado en el resurgir de Africa como «nueva frontera económica», el último trabajo subraya la cada vez mayor importancia que tienen las relaciones con otras regiones del Sur del planeta, por sus consecuencias positivas para el desarrollo económico y social del continente.

Al respecto, el presidente del APP, el ex secretario general de la ONU Kofi Annan, constató también durante su presentación que las economías emergentes como China, Brasil e India se están convirtiendo en agentes «cada vez más importantes» en el desarrollo de Africa. Su presencia allí ha sustituido a la de los países occidentales, otrora potencias coloniales que ahora parecen haberse desentendido de la situación del continente.

Según los datos manejados por el APP, China anunció en 2009 el fortalecimiento de su ayuda al desarrollo en Africa, cifrándola en más de 12.000 millones de dólares para el periodo 2010-2012.

Desde Occidente se ha tratado de contraatacar la «ayuda» de China con denuncias de cooperación militar con el Gobierno de Sudán en Darfur. Sin embargo, como señaló Sam Akaki, de Global Research, «el verdadero crimen de China (para ellos) son sus inversiones dominantes en Africa, que exceden ya los presupuestos de ayuda combinados de Gran Bretaña, EEUU, la UE, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional».

Según Akaki, el propio Banco Mundial confirmaba en 2008 que China estaba entonces financiando proyectos de infraestructura en más de 35 países africanos. En República Democrática del Congo, por ejemplo, Beijing acordó construir miles de kilómetros de carreteras, varios hospitales y tres universidades. «A diferencia de Occidente, China proporciona a Africa proyectos de calidad, cumpliendo los plazos fijados y con costes mucho más reducidos», afirmó Sam Akaki.

«Como iguales»

El ex presidente de Bostwana, Festus Mogae, fue muy claro cuando en 2006, durante la Cumbre Chino-Africana celebrada en Beijing, declaró a un periodista que «lo que pienso es que los chinos nos tratan como iguales. Occidente nos considera antiguos sometidos (esclavos). Lo cual es una realidad. Prefiero, por tanto, la actitud de los chinos a la de Occidente». En la misma línea, el entonces presidente de Uganda, Yoweri Museveni, dijo que «los grupos que gobiernan Occidente son presuntuosos, pagados de sí mismos, ignorantes de nuestras situaciones y empeñados en convertir sus negocios en los negocios de los demás. Dondequiera que los chinos negocian contigo, tú representas a tu país, ellos representan sus propios intereses y tú negocias con ellos».

Pero mientras las economías emergentes han aumentado su ayuda a los países africanos, el G7 (G8 menos Rusia) la ha reducido. El informe asegura que no se han respetado los compromisos que se adoptaron en 2005 en Gleneagles (Escocia). Allí, siete de los países más industrializados del mundo prometieron duplicar su ayuda a Africa antes de que acabara este año, pero el 56% de la ayuda prometida no llegará, con la excusa de la crisis económica mundial. En Gleneagles acordaron incrementar en más de 28.000 millones de dólares su ayuda a Africa hasta 2010 -cifra que ha sufrido varias revisiones y que, según la ONU y la Unión Africana, no llega a los 9.500 millones la desembolsada ya-, la cancelación de la deuda externa de los 18 países más pobres del mundo y la reducción de los subsidios comerciales y los aranceles establecidos en las negociaciones comerciales globales de la Ronda de Doha.

«Aunque algunos países, como EEUU, han cumplido sus compromisos, otros, sobre todo los países europeos y especialmente Italia, han pospuesto o abandonado sus promesas», indicó el APP en un comunicado.

No obstante, la UE aprovechó el Día de Africa para reafirmar su compromiso con ese continente y recordar que su «principal prioridad» sigue siendo «acabar con la pobreza».

Voluntad política

El estudio señala también en sus conclusiones que «el futuro de África y el de sus derechos fundamentales está en sus propias manos, pero el éxito en la gestión de sus negocios depende del apoyo de políticas globales y de acuerdos».

Según sostuvo Kofi Annan, «no faltan recursos, ni conocimiento de las prioridades o de los planes operativos para afrontarlas, pero el progreso es imposible si falta la voluntad política, tanto en Africa como en el ámbito internacional». Por eso, instó a los líderes africanos a fortalecer «la voluntad política y la capacidad de utilizar los ingresos que tienen en obtener resultados que puedan ser beneficiosos para sus ciudadanos».

Asimismo, sus autores concluyen que las perspectivas de crecimiento para Africa son buenas, pero invitan a los dirigentes políticos africanos a «convertir los inmensos recursos del continente en resultados reales para sus habitantes», creando, por un lado, paridad de oportunidades para las mujeres de cara a garantizar un progreso social justo, y promoviendo, por otro, el desarrollo ecológicamente sostenible para proteger el medio ambiente del cambio climático. Pero mención aparte le merecen los países más pobres o con frágiles recursos, que se enfrentan a dificultades añadidas como son satistacer las necesidades más elementales de sus ciudadanos y dotarse de una capacidad técnica y administrativa, o de una red de seguridad.

Además, emplazan a los responsables políticos internacionales a favorecer la equidad, ya que Africa es el continente menos representado en todos los foros internacionales; a mantener una mayor coherencia en las políticas para el desarrollo; y a cumplir las promesas sobre recursos y ayudas.

La APP nació en la cumbre del G8 de Gleneagles para mantener la atención de la comunidad internacional sobre los compromisos asumidos con Africa. Su principal objetivo hoy es supervisar y promover el desarrollo económico, social y político del continente. Y el informe, que hace balance de los progresos en el continente africano y evalúa las oportunidades de futuro, fue presentado con motivo de la conmemoración del Día de África, fecha que celebra la fundación de la Organización para la Unidad Africana en 1963, embrión de la actual Unión Africana, que integra a 53 países.

Coincidiendo con esta fecha la organización ONE presentó otro informe, que concluye que el G7 no va a cumplir su promesa y sólo entregará 11.230 millones de euros de los 18.530 millones de euros prometidos. Recuerda que sin Italia el G7 habría alcanzado el 75% de sus metas, por lo que su director, Oliver Buston, defiende la expulsión del Gobierno de Silvio Berlusconi de este foro por ser «el principal obstáculo para sus resultados». También recoge que en aquellos lugares a donde ha llegado la ayuda los resultados son impresionantes en cuanto a la entrega de medicamentos para luchar contra el sida y la malaria. Asimismo, sostiene que lo que los países más pobres han ahorrado gracias a la cancelación de su deuda externa ha permitido que en el continente africano casi el 75% de los niños esté escolarizado, frente al 58% de 1999.

En cualquier caso, la crisis que afecta a las principales economías industrializadas ha provocado una disminución de las donaciones para atender las operaciones humanitarias de la ONU en los primeros meses del año. Naciones Unidas cifró en 10.000 millones de dólares sus requerimientos financieros para atender las emergencias humanitarias más graves en 2010 y hasta ahora ha recibido 3.700 millones, el 36% del importe solicitado. John Holmes, subsecretario general de la ONU, lamentó que «algunas de esas crisis sin financiación, pero con las necesidades más grandes, son las que tienen menor visibilidad», y citó los casos de República Democrática del Congo, del Congo-Brazaville, de Níger y de la República Centroafricana.

Holmes precisó que la agricultura es una de las áreas que recibe menos contribuciones a pesar de su importancia vital para estabilizar las situaciones de crisis y reducir la dependencia de la ayuda externa.

No obstante, el Banco de Desarrollo Africano y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico señalaron que Africa está emergiendo lentamente de la crisis mundial y crecerá un 4,5% este año y más de un 5% en 2011, una tasa que mejora la media del 2,5% registrada en 2009, aunque está todavía por debajo del 6% alcanzado antes de que la crisis estallara en 2008. Y constatan que la pobreza sigue siendo muy frecuente en la mayoría de los países del continente que, sin embargo, «se han beneficiado de un entorno político más estable en los últimos años para acercarse al mundo desarrollado».

Pobreza y hambre

Las previsiones de ambos organismos son prometedoras, pero Manos Unidas ha señalado que la crisis global se ha traducido en Africa en un «aumento del hambre y de la pobreza», con hasta 16 millones de personas viviendo con menos de 1,25 dólares al día, «según las cifras más pesimistas».

La ONG alertó de que la lista de los 24 países con el índice de desarrollo más bajo del mundo está formada, a excepción de Afganistán y Timor Leste, por países africanos, todos ellos subsaharianos, y explicó que la caída de los precios de las materias primas, el descenso del turismo, la reducción de las remesas y el retorno de muchos emigrados, junto con el aumento del desempleo, «han llevado a que el crecimiento económico del continente africano se sitúe en un 1,6% en 2009, frente al 4,5% de 2008 y al 6% de promedio entre 2002 y 2008».

Así, lamentó que Africa vaya a ser «el único continente en el que no se va a cumplir el primero de los Objetivos de Desarrollo del Milenio: la erradicación de la pobreza extrema y el hambre». Indicó que el continente posee «enormes riquezas naturales y un grandísimo potencial humano, garantizado por la extrema juventud de su población -el 70% es menor de 30 años-», pero denunció que «las leyes de comercio poco favorables, los intereses económicos de empresas occidentales y los altos niveles de corrupción interna, impiden que Africa alcance los índices de desarrollo que por derecho le corresponden» y subrayó que, según muchos expertos, la crisis actual ha demostrado que «el desarrollo de Africa no puede ni debe depender sólo de la ayuda externa».

Políticos e intelectuales africanos, reunidos el martes en Madrid para recordar las independencias de ese continente, destacaron que Africa es un lugar mejor que hace medio siglo para la mayoría de sus habitantes, aunque también recalcaron que «Africa vive una situación de humillación» fruto de la colonización. Desde la capital española, reclamaron mejor representación en foros como Naciones Unidas y el G20.

Mwakai Kikonde, embajador de Kenia en el Estado español, constató, según recogió Efe, la mejoría de la situación porque «al menos, nos gobernamos a nosotros mismos. No hay gobierno colonial. Todavía tenemos muchos desafíos económicos, sociales y políticos, pero creo que es un lugar mejor para nosotros». Sin embargo, el ex ministro de Cultura de Senegal, Makhily Gassama, lamentó cómo «el colonialismo y la trata de negros siguen siendo un tema tabú y un debate que no está cerrado» y responsabilizó a las potencias coloniales de haber dejado «sociedades vacías de valor».

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