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Tras los olores de Zorrotza y Lutxana se esconde la contaminación química

Los vecinos del barrio bilbaino de Zorrotza y de los baracaldeses de Lutxana y Burtzeña se muestran expectantes ante la decisión del Ejecutivo de Lakua y del Ayuntamiento de la capital vizcaina de buscar soluciones para atajar los malos olores que soportan miles de residentes. Desde la izquierda abertzale se acusa a las dos instituciones de tratar de restar importancia, a lo que estiman es contaminación química.
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Agustín GOIKOETXEA |

El 19 de abril se puso en marcha una mesa de trabajo, impulsada por el Área de Urbanismo y Medio Ambiente del Consistorio bilbaino, para tratar de hallar soluciones a los malos olores que padecen los vecinos del Zorrotza. Al encuentro acudieron representantes vecinales, responsables municipales de Bilbo y Barakaldo, además del Ejecutivo de Lakua y de las empresas Bilbaína de Alquitranes, Sebería Bilbaína, Profusa y Sader, a las que se señala como las culpables de las emanaciones.

Técnicos municipales y de Tecnalia efectuarán un «estudio psicosocial» acerca de la percepción que tiene el vecindario sobre los olores, en ocasiones nauseabundos. El departamento que dirige Julia Madrazo vuelve a optar por la fórmula de las encuestas y los talleres para conocer la opinión de la ciudadanía.

Poco días antes, Medio Ambiente de Lakua informó que iba a encargar un estudio a la Escuela de Ingenieros para identificar las fuentes de los olores que se perciben en puntos tan alejados de Zorrotza y Burtzena como el barrio bilbaino de San Inazio o el propio centro de Barakaldo. El Gobierno dispone en su base de datos 419 quejas por malos olores en la confluencia de los ríos Kadagua e Ibaizabal desde 1991, aunque un centenar es del último lustro.

Para el movimiento ciudadano de Zorrotza, la iniciativa municipal «llega tarde, muy tarde, en fechas preelectorales», tras las protestas y movilizaciones. «Las mesas de olores, olfateadores profesionales, catas de olores, olfatímetros son palabras que suenan bien, e incluso tienen apariencia técnica, pero creemos que es el recurso que utiliza el ingeniero de la ciudad para intentar convencer al campesino del pueblo», declara Fernando Ramos, consejero del distrito 8 Basurto-Zorrotza en representación de Aikoan Kultur Elkartea y miembros de la AAVV. «

«Puede estar bien que se hagan este tipo de estudios -confiesa-, pero lo que verdaderamente nos preocupa es las consecuencias que pueda acarrear a nuestra salud, y no sobre eso no quiere ni oír hablar».

Respecto al papel de la Viceconsejería de Medio Ambiente, Ramos critica que Lakua «no ofrece alternativas, simplemente escucha y deja que los olores cada vez vayan a más sin interesarse en estudiar y regular las emisiones». Desde el movimiento ciudadano denuncian que Zabalgarbi -participada por el Ejecutivo de Lakua y la Diputación- «ni siquiera se ha dignado a sentarse en la mesa».

«Que no oculten datos»

Además, solicitan a las instituciones «que no oculten datos, ya que han retirado la información pública de las estaciones de medición de la calidad del aire». La consejera Pilar Unzalu informó el 12 de mayo en una comisión parlamentaria que en 2009 hubo tres estaciones de control de calidad del aire del entorno de Bilbo que dieron señales «de alarma» por la concentración de elementos contaminantes superiores a lo permitido.

«Los repugnantes olores que sufrimos a diario en Zorrotza tienen mucha más importancia y trascendencia de la que el Ayuntamiento de Bilbo y el Gobierno Vasco les quieren dar. No se trata sólo de algo desagradable, pasajero o puntual», advierten desde la izquierda abertzale, que añade que «muchas veces veces, el mal olor que nos golpea en la nariz también nos ataca los ojos y la garganta: picor, tos, escozor, enrojecimiento,...».

Los independentistas estiman que detrás de las emisiones olorosas hay componentes químicos y califican de «hipócritas» unas declaraciones del subdirector de Medio Ambiente del Ayuntamiento, Enrique Rincón, en las que achacó los problemas a una «zona compleja por su orografía y por el clima».

Los vecinos lo tienen más claro, los focos de los olores pestilentes a amoniaco, alquitrán y otras sustancias son empresas como Productos de Fundición SA (Profusa), ubicada en el barrio baracaldés de Zubileta, que utiliza, según los propios responsables autonómicos de Medio Ambiente, «tecnologías obsoletas» para la fabricación de coque. Otras son Sader, que fabrica abonos; Sebería Bilbaína, que elabora grasas y harinas con desechos animales; la incineradora de Zabalgarbi, la actividad portuaria y Bilbaína de Alquitranes.

Cáncer en trabajadores

En esta empresa ubicada en el barrio baracaldés de Lutxana, tal y como informó el 3 de mayo GARA, se conocen tres casos de cáncer -dos en la boca y uno en el cerebro- entre trabajadores, aunque sólo el del cerebro se ha denunciado ante Osalan. El informe indica que la producción principal es la destilación del alquitrán de hulla para la producción de aceites y su posterior solidificación para generar brea. Como recoge en las conclusiones, «se considera que existe suficiente evidencia en humanos de la carcinogenicidad de la exposición ocupacional durante la destilación del alquitrán».

Para la izquierda abertzale, las instituciones conocen la naturaleza de las emisiones, ya que la estación de control del parque de Zorrotza «registra los datos de 62 compuestos» y lo corrobora un informe de Ecologistas en Acción de 2007, en el que se cifró en 161 días los que se superó el valor diario de partículas en suspensión; en 2008 fueron 133.

Los vecinos, al igual que los independentistas, recuerdan que ingenieros ambientales han destacado niveles «muy altos» de benceno en las próximidades de Zorrotza y Lutxana. «En la estación de Zorrotza todos los compuestos, a excepción del benceno, presentan unos coeficientes de correlación apreciables, en especial entre el etilbenceno y los xilenos (mayor o igual a 0.95)). Esto indica -aclaran- una fuente de benceno cercana diferente del tráfico».

El benceno es un reconocido carcinógeno en seres humanos, que se acentúa en los niños. La fuente más común que lo genera son los automóviles, la evaporación de gasolinas y gasóleos, la producción de diferentes compuestos químicos, las emisiones procedentes de la combustión incompleta del carbón y de productos derivados del petróleo, y la manufactura de pinturas o su utilización por cualquier tipo de industria. Esta sustancia forma parte de los denominados Compuestos Orgánicos Volátiles (COVs).

Al margen de las iniciativas institucionales, en las que en Zorrotza y Barakaldo no confían, se insiste en la necesidad de que las personas denuncien ante la Ertzaintza y Policía Municipal cualquier episodio de malos olores que puedan sufrir, además de no olvidarse de la vía de la movilización para exigir soluciones y responsabilidades a las autoridades.

La izquierda abertzale reivindica que se efectúe un estudio epidemiológico de Zorrotza y datos fiables de las mediciones.

Un escape causa alarma en un fiesta escolar

Los escolares del colegio público Munoa, en el barrio baracaldés de Lutxana, vivieron el 28 de abril las consecuencias de un nuevo episodio relacionado con las emanaciones de una empresa que se encuentra a unos 300 metros del centro, Bilbaína de Alquitranes. Mientras participaban en una fiesta en el gimnasio del centro, comenzaron a percibir un fuerte olor, que originó picor y tos a algunos de los asistentes, por lo que avisaron a la Policía Municipal que levantó el pertinente atestado.

No es la primera ocasión en que un escape en la compañía de alquitranes produce problemas en esta escuela de Barakaldo. El 24 de enero de 2007, un niño de 2 años y dos profesores del Munoa resultaron intoxicados, aunque ya habían sufrido episodios similares antes que provocaron vómitos y jaquecas en otros escolares.

A pesar de que desde las administraciones públicas se defiende que la compañía ha mejorado sus filtros y sistemas de depuración de las emisiones, no piensan lo mismo los vecinos de Lutxana, que insisten en que los olores pestilentes «de origen químico son normales cuando el viento es del sur o suroeste«. «Hace dos semanas, precisamente, con viento sur el olor era insufrible», recuerda una vecina, que apostilla que cuando el viento es del norte padecen también las emisiones de azufre de Befesa, otra empresa contaminante. En el caso de Bilbaína de Alquitranes, aseguran que los olores «han ido a más» en los últimos 10 años, lo que creen que es por el aumento de la producción. A.G.

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