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GIRO 20ª etapa

Liquigas asegura el triunfo, aunque deja un cabo suelto

Tschopp se llevó la victoria en solitario. Nibali y Scarponi, separados por un segundo, pelearán por el podio.

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Amaia U. LASAGABASTER

Cinco puertos de montaña, cuatro de ellos por encima de los 2.000 metros, paredes de hielo a los lados de la carretera, una meteorología en la línea de la de casi todo este Giro... Los Dolomitas se despidieron a lo grande, aunque la carrera casi no se dio por enterada, con la general sentenciada desde la víspera. Liquigas controló por completo la jornada, por lo que el espectáculo quedó en manos de corredores que, o bien querían acercarse al podio o bien aprovechar su última oportunidad de levantar los brazos, o bien ambas cosas.

Unos y otros lo hicieron de lujo. Los compañeros del líder, porque se aseguraron el triunfo de Ivan Basso -la catástrofe sobrepasaría lo mayúsculo, con sólo quince kilómetros de contrarreloj-, aunque no el podio de Vicenzo Nibali, el único cabo suelto que le queda a la carrera. Y los que tuvieron permiso para moverse también cumplieron, porque animaron el día lo suficiente como para olvidar que la general estaba adjudicada.

Aunque sólo uno tuvo premio. Johan Tschopp, que hace tres semanas se plantaba en Amsterdam con una sola victoria -y nada del otro mundo, una etapa de la Amissa Bongo- bajo el brazo y mañana se marchará de Verona disfrutando todavía de su triunfo en la etapa reina.

Fue el premio a una escapada larguísima y numerosa, al menos en sus inicios. Hasta una veintena de corredores llegó a agruparse en cabeza de carrera, con nombres tan ilustres en el grupo como los de Carlos Sastre, Alexandre Vinokourov, Matthew Lloyd -que se aseguró el maillot de la montaña-, Damiano Cunego, Gilberto Simoni o, incluso, Xabi Zandio. El pelotón delantero y el de Basso, más arropado que nunca, fueron perdiendo unidades conforme avanzaron los kilómetros y la hierba dejó paso a la nieve.

Los supervivientes no fueron, posiblemente, los esperados. En el tramo final del Gavia, Simoni se marchaba con la ilusión de despedirse de su carrera de la mejor manera. Pero Tschopp se pegó a su rueda, para arrebatarle el honor de cruzar en primer lugar la Cima Coppi y dejarle atrás en el descenso. Un tramo en el que, esta vez, no tuvo que sufrir el líder.

El mayor susto del día, curiosamente, se lo llevó en los dos últimos kilómetros de la ascensión final al Tonale, con el salto de Cadel Evans. No fue suficiente para que el australiano, aunque por poquito, cazara a Tschopp; ni para, en este caso ni de lejos, amenazara a Basso. Pero sí para que Michele Scarponi aprovechara el cambio de ritmo y se colocara a un solo segundo del tercer puesto de Nibali. Con su líder ejerciendo esta vez de protector, al arrebatar la bonificación al de Diquigiovanni.

Es ya la única incógnita del Giro, que deberá resolver la última etapa, una contrarreloj de 15 kilómetros en Verona, que incluye una pequeña ascensión a mitad de trazado. Con el prólogo de Amsterdam, de ocho kilómetros, como referencia -y aunque a estas alturas haya circunstancias con más peso que la especialidad de cada uno-, será el joven de Liquigas el que acabe en el podio, que podría tener más problemas para mantener, pese a su ventaja, David Arroyo.

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