GARA > Idatzia > Iritzia> Kolaborazioak

Jaime Mendia Miembro de Ehgam

Adivina, adivinanza...

Siendo capaces de aprobar esa ordenanza, no resultáis creíbles; siendo capaces de aprobar esta ordenanza, todo lo que nos habéis contado hasta ahora se convierte en papel mojado

Entre estos dos principios, (1) «Respetar la visibilidad público-social de las manifestaciones afectivas en el espacio público», y (2) «Se reputan prácticas sexuales incívicas, por atentar contra la convivencia ciudadana al desconsiderar al resto de la ciudadanía mediante la exhibición pública de actos de marcado carácter íntimo y personal, todas aquellas prácticas o actos en las que el sexo esté explicitado, y sea pública y notoria su realización, de forma y manera que resulte imposible no advertirlo o evitarlo por parte de la generalidad de la ciudadanía. Tales prácticas están prohibidas», ¿qué nexo de unión podemos encontrar?

Detengámonos a pensar un rato sobre ellos: existen aspectos comunes entre ambos, y otros que los diferencian significativamente.

Entre los comunes, podemos citar que los dos son una declaración de intenciones, que los dos tratan sobre prácticas afectivas y/o sexuales, que los dos hablan de la visibilidad de dichas prácticas en el espacio público y que los dos significan un posicionamiento claro, tajante, sobre tal visibilidad.

La diferencia está clara, afecta al sentido de cada uno de ellos: el primero aboga por que se puedan realizar manifestaciones afectivas en el espacio público, reconoce el aspecto social de tales manifestaciones y garantiza su respeto, mientras que el segundo hace todo lo contrario: las considera incívicas y las prohíbe tajantemente.

Supongo que resultaría lógico para cualquiera que leyera los dos enunciados anteriores que hay una apreciable distancia física, temporal o, al menos, ideológica entre la redacción de uno y otro, ¿o no? Pues... ¡sorpresa, sorpresa! En realidad, los dos están redactados en Bilbo, los dos van a ser aprobados con una diferencia de menos de diez días entre ellos y los dos lo serán por el mismo partido: el PNV.

El primero de ellos forma parte del manifiesto que la Diputación de Bizkaia aprobó con motivo del Día Internacional contra la Homofobia, celebrado el pasado 17 de este mismo mes. Para darlo a conocer, la Diputación mantuvo durante tres días en el Arenal de Bilbao una carpa con una exposición de denuncia de la homofobia, repartió panfletos con el comunicado y dio la oportunidad a miles de ciudadanos de firmar en apoyo a dicho manifiesto. Para darle la importancia que se merecía, dicho acto fue inaugurado por el diputado general de Bizkaia y por ¡el alcalde de Bilbo! Iñaki Azkuna, que fue la segunda persona en firmar a favor del manifiesto.

Resalto lo del señor alcalde porque, para asombro general, el segundo párrafo forma parte de la Ordenanza del Espacio Público que el Ayuntamiento de Bilbo, gobernado por ese mismo señor Azkuna, aprobó el jueves, 27 de mayo, apenas diez días después de haber firmado el anterior.

Nos encontramos ante un párrafo sexófobo, moralizante, fascistoide y represor. Es sexófobo porque claramente parte de la maldad del sexo y de la necesidad de su ocultamiento; moralizante lo es porque se atreve a considerar incívicas las prácticas sexuales; para saber por qué es represor sólo hay que leer la última frase del parrafito en cuestión; y fascistoide. ¿Por qué? Pues, entre otras razones, porque hace exactamente lo mismo que hacían la Ley de Peligrosidad Social o, antes, la Ley de Vagos y Maleantes con cualquiera que quisiera expresar en público su afectividad: ¡mandarle a la p... mierda!

Esta ordenanza del Ayuntamiento de Bilbo, que para mayor inri en su exposición de motivos llega a condenar los actos homófobos en la vía pública (en cambio, si se hacen en los despachos del Ayuntamiento no parece importarles demasiado), tiene un párrafo que nos deja a gays y lesbianas totalmente desprotegidas y a merced de lo que cualquier ciudadano o agente del orden público pueda entender por «actos de marcado carácter íntimo y personal» o «en público», y nos retrotrae a tiempos malditos.

El PNV ha dedicado mucho tiempo y esfuerzo a intentar cambiar su imagen de partido meapilas, y en acercarse a grupos sociales, como por ejemplo los que trabajamos por la liberación sexual de la sociedad. Desde Ehgam hemos sabido reconocer ese esfuerzo. Pero, aquí y ahora, me gustaría decirle algo a este PNV que sin inmutarse se atreve a firmar estas dos propuestas sin apenas distancia en el tiempo: siendo capaces de aprobar esa ordenanza, no resultáis creíbles; siendo capaces de aprobar esta ordenanza, todo lo que nos habéis contado hasta ahora se convierte en papel mojado. No podéis hacer eso y seguir poniendo cara de buenos. No podéis.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo