Victoria Mendoza Psicoterapeuta
Hagamos una muralla...
Ya somos muchos los que nos vamos sumando para esa gran muralla de blancos y negros, en huelgas y manifestaciones, en marchas y mítines, pidiendo justicia y trabajo, exigiendo derechos sociales y laboralesEn ambientes netamente populares y de calle se escuchan desde hace años rumores tales como que Estados Unidos haría lo posible por que La Unión Europea acabara cayendo junto con su euro. Otro rumor social era que Estados Unidos y sus vendidos aliados crearían fórmulas adecuadas para militarizar México, como lo está haciendo ahora con su negocio del narcotráfico, pretexto también para secuestrar, desaparecer y asesinar a muchos líderes sociales y políticos, justificando sus muertes con la simple frase de que... seguramente era un ajuste de cuentas entre narcotraficantes. Otro rumor -muy interesante- es ése de que si a todos los políticos les reducen a la mitad su sueldo, la crisis se acaba; no es necesario ni quitar pensiones, ni congelar sueldos de ningún jubilado o funcionario, ni quitar las ayudas sociales, bastaría sólo con reducir los millonarios sueldos de los políticos a la mitad.
Y hay muchos más rumores de este tipo que nos entretienen a la hora del cafecito informal a gente nada erudita ni intelectual, pero que vivimos la crisis y los problemas sociales y políticos aquí, en Euskal Herria, en el Estado Español, en México o Estados Unidos. Concretamente, con el tema de la inmigración y sus novedosas leyes que simplifican acusando al migrante irregular como delincuente, recordándonos que nosotras y nosotros no interesamos, que sólo les interesan nuestras riquezas naturales, que continúan saqueando al puro estilo de «la conquista española», en la que se toma descaradamente lo que se quiere sin que importe lo más mínimo que nuestros pueblos sigan empobreciéndose, contaminándose y/o muriendo de hambre.
El ejemplo claro es la contaminación ocurrida en el Golfo de México. Se habla de los daños en las costas estadounidenses, sin que en ningún momento se mencione el gran daño que ya han ocasionado en México, tanto a la gente como a su economía, pero parece ser que nosotros, mexicanitos, no somos tan importantes como nuestros hermanos estadounidenses. Debe de ser que sólo los blancos y los rubios serán manchados por el petróleo y que sólo sus blancas manos y sus blancas costas deben ser salvadas, y esto me recuerda aquella canción que movió masas en la guerra sucia en los años 70-80, aquella que Mercedes Sosa nos cantaba, diciendo: «...Alcemos esa muralla, los negros sus manos negras, los blancos sus blancas manos...».
Me parece, y me alegra pensar, que las condiciones se están dando, puesto que ya no seremos migrantes o autóctonos peleando por nuestros derechos, sino unos y otros perjudicados por la crisis que han ocasionado unos cuantos banqueros, empresarios y, sobre todo, políticos, teniendo que pagar nosotros, trabajadores asalariados y no asalariados, los errores de otros, llevándonos a perder trabajo, casa, pensiones... por lo que ya somos muchos los que nos vamos sumando para esa gran muralla de blancos y negros, en huelgas y manifestaciones, en marchas y mítines, pidiendo justicia y trabajo, exigiendo derechos sociales y laborales e, incluso, derechos de vida, diciendo ¡no más tortura ni represión para nadie! En el amplio sentido de la palabra.