Bill Rusell contra Wilt Chamberlain, Robert Parish contra Kareem Abdul Jabar, Larry Bird contra Magic Johnson y Paul Pierce contra Kobe Bryant. En pocas palabras, Boston Celtics contra Los Angeles Lakers en la finalísima de la NBA. ¿Quién da más? Vale que estrellas rutilantes como Howard, Duncan, Nowitzki y, sobre todo, LeBron James han vuelto a quedarse fuera de las finales, con lo que pudieran existir ciertas dudas sobre si la gran final podrá atraer la atención del gran público.

Pues bueno, David Stern puede dormir tranquilo: las dos franquicias más laureadas vuelven a verse las caras a partir de este jueves. Los Lakers son los vigentes campeones y tienen además ventaja de campo, pero en 2008 el big three compuesto por Ray Allen, Kevin Garnett y, sobre todo, Paul Pierce, tumbaron en la final a los Lakers con todo merecimiento. Hagan sus apuestas.

Los verdes de Massachusetts esperan en la final tras derrotar a los Magic de Orlando de Dwight Howard en seis partidos. Anteriormente, los Cavaliers de LeBron James sucumbieron en otros seis partidos. Pese a que Garnett no está pasando sus mejores momentos,pero The Big Ticket es de los que suelen crecerse en los momentos culminantes y, además, el base Rajon Rondo ha alcanzado tal madurez que, si alguna de las patas del trío principal de Boston cojea, aparecerá como perfecto reemplazo. Asimismo, el entramado defensivo de Glenn Doc Rivers ha logrado suplir ciertas carencias físicas debidas a la avanzada edad de sus estrellas. Pero una vez, el arma más mortífera del conjunto verde será el orgullo y el peso de una camiseta que responde a la franquicia con mayor número de campeonatos.

Kobe, ¿o acaso Jordan?

Enfrente estarán unos Lakers que superaron a domicilio a los Phoenix Suns por 103-111 en el sexto partido de la final de la Conferencia Oeste. En un duelo de triplistas y en el que los principales interiores; es decir, Amare Stoudemire -27 puntos, pero con 7 canastas de 20 lanzamientos- por los de Arizona y Pau Gasol por los californianos, anduvieron de lo más grises, el descomunal talento de Kobe Bryant volvió amarcar la diferencia: 37 puntos, 6 rebotes, 2 asistencias y dos robos de balón en total, y lo que es más importante, canastas clave -9 de los 12 últimos tantos de los angelinos tuvieron la firma de la «mamba negra»- para salir a flote pese a la reacción de los Suns, que tuvieron en Nash y el ex baskonista Dragic sus bastiones.

«Es el mejor jugador del mundo», declaraba resignado al término del partido el técnico de Phoenix, Alvin Gentry. «Es un asesino ¿Era Kobe o era Michael -Jordan-?», añadió.

Pero no sólo de Kobe viven los Lakers. Phill Jackson siempre ha sabido rodear a sus estrellas de grandes secundarios. Así, en estos Lakers, jugadores como Odom o Gasol son capaces de dar un paso adelante si Bryant no anda a su máximo nivel. De la misma manera, un jugador con aura de polémico, Ron Artest, empieza a sacar a relucir todo su talento cuando más se le necesita. Sin ir más lejos, el alero anotó hasta 25 puntos, y añadió 4 rebotes y 3 robos en la última victoria angelina sobre los Suns. Esto es, que Jackson tiene ingredientes más que de sobra para llevarse otro título y agrandar su leyenda en los banquillos como «el señor de los anillos».