El presidente de Alemania, Horst Köhler, anunció ayer su dimisión «con efectos inmediatos» como máxima autoridad del país pocos días después de unas polémicas declaraciones en Afganistán sobre las misiones del Ejército alemán en el extranjero.

La interpretación de que supuestamente había defendido una intervención anticonstitucional del Bundeswehr (Ejército federal) para garantizar los intereses económicos de Alemania «carece de toda justificación», afirmó Köhler al anunciar su inesperada dimisión.

En una breve comparecencia, en la que se mostró dolido por la polémica, que achacó a la «falta de respeto» a la Presidencia.

«Lamento que mis declaraciones hayan conducido a un malentendido», sostuvo el ya ex presidente, quien sufrió una avalancha de críticas tras haber señalado, durante el viaje de regreso de una visita sorpresa la pasada semana a Afganistán, que las misiones del Bunderwehr en el extranjero tienen su justificación también por la salvaguardia de los intereses económicos de Alemania. Su portavoz aclaró después que no se refería en concreto a la misión en Afganistán.

Köhler había sido reelegido el año pasado para cinco años más y su sucesor deberá ser elegido en un plazo de 30 días.