La Real vuelve hoy a las diez a los entrenamientos en el campo de hierba artificial donostiarra de Puio con la idea puesta en obtener el triunfo el sábado en Cádiz que aseguraría el ascenso salvo que se den tres de las muchas probabilidades matemáticas que quedan. De ganar, los blanquiazules podrían festejar el ascenso a miles de metros de altitud, ya que el sábado a las 22.30 cogerán el vuelo charter que trasladará a la expedición desde Xerez a Gasteiz. Cuando acabe el partido del Ruiz de Lopera, si no vence el Betis, festejarían cerca del cielo el ascenso.

Mikel González ve poco probable que el sábado no venza el Betis: «Ojalá que el Numancia le gane, pero lo veo difícil porque si hasta ahora ha habido bastantes pinchazos, cada vez va a haber menos. Nosotros debemos ganar en Cádiz, que ellos se juegan mucho y será complicado. Si no ganamos, no podemos jugar en otros campos. Todo pasa por ganar, que no sé si sería un punto final, pero sí muy determinante. Después en el avión habrá que encender algún móvil, aunque no nos dejen...».

Si gana la Real y no lo hace el Betis arrojarían desde lo más alto la mochila que ha acompañado tres años a los que bajaron: «Los que vivimos el descenso en Valencia tenemos una deuda pendiente. Para todos es bonito ascender, pero los que vivimos aquello tenemos un plus».

Saber sufrir como lateral

Desde entonces les ha tocado sufrir y lo que hizo Mikel González el sábado fue un ejemplo para todos. Jefferson Montero le dio por todos los lados en el primer cuarto de hora y en lugar de arrojar la toalla se superó y dio el triunfo a su equipo con su primer gol como realista.

«Las primeras tres jugadas me superó y pensé que no me tenía que venir abajo, que cada acción es una guerra diferente. Estábamos por delante en el marcador, tenía que rehacerme y, si es necesario, pedir ayudas y desde el minuto 20 le cogí la medida con los apoyos de mis compañeros».

Ha tenido que sufrir mucho en el lateral porque «mi posición desde que llegué a la Real alevín es de central. Jugué una temporada en el Añorga y en el Easo de medio centro. Pero la de central es la posición en la que me manejo más. Si el míster quiere que juegue de lateral como estos años, con más partidos coges más confianza y estás más tranquilo, pero donde mejor puedo jugar es de central».

«Más entrevistas que nunca»

Mikel González ha pasado unos días movidos porque «nunca había tenido tantas entrevistas». De hecho, nunca había marcado, lo que había motivado que fuera objeto de las bromas de sus compañeros. «Pasamos mucho tiempo de convivencia y siempre hay cachondeo muy sano. Al final he marcado y tengo un poco de colchón para que me vacilen más». Del gol recordaba que «suelo ir al segundo palo y desde ahí se suelen meter muchos goles porque ahí siempre hay algo que comer. Ocasiones he tenido, el problema es que en los primeros años iba más a los corners y al no marcar vas sin confianza. Este año he ido a muerte al segundo palo y el domingo acerté por fin».

No pudo elegir mejor porque el del sábado «era un día bastante marcado. Veníamos de resultados no positivos, no nos habían recortado mucho, pero sabíamos que éste era el partido, sabíamos todos que teníamos que ganar sí o sí. Anoeta estaba superenchufada y eso se notaba en el ambiente».

Un ambiente que será mayor la próxima semana si la Real tiene que asegurarse el ascenso en casa ante el Celta. Mejor lograrlo este fin de semana, para lo que es necesario que la Real gane y, a partir de ahí, hay dos opciones. Que el Betis no gane el sábado o que pierda el Levante en Gal y gane el Cartagena en casa al Hércules. Aunque puede parecer que es mejor un empate, le interesa más a la Real que ganen los locales por el average particular, que está perdido con los alicantinos y es muy favorable con los murcianos para dobles y triples empates.