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Remonte No consigue recuperar la visión completa de su ojo izquierdo

Altuna II ha perdido la esperanza de volver a jugar

El delantero de Amezketa fue operado recientemente de su ojo izquierdo, lastimado por un pelotazo el día de Nochebuena. Puede realizar vida normal pero no espera «milagros» para regresar a las canchas.

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Jon ORMAZABAL

Seis meses después de que una pelota escapada a un compañero en el festival de Nochebuena en Galarreta impactara fuertemente en su cabeza, Garikoitz Altuna ha interiorizado que nunca más podrá levantar el remonte profesionalmente. Medio año y varias intervenciones quirúrgicas después, el pelotari de Amezketa sigue sin recuperar completamente la visión de su ojo izquierdo y es consciente de que, aunque tiene «la fortuna» de poder hacer vida normal, esa pelota que destrozó su casco también ha roto su carrera profesional, justo en su momento más dulce de juego.

El pasado 17 de abril el deportista guipuzcoano acudió a una clínica bilbaina para someterse a una operación con la que tratar de mejorar su vista y, según le dijeron los médicos, todo fue como estaba previsto. «Eso sí, ya me habían advertido de que no esperase milagros. El médico me dijo que esto iría largo y ni ellos mismos saben cuánto tiempo necesitaré para recuperar el máximo posible de la vista. Ni yo mismo sé a ciencia cierta todavía cuánto voy a recuperar», declaró ayer a GARA Garikoitz Altuna justo antes de salir a aprovechar el buen tiempo con su familia.

Previamente, a los pocos días del accidente, en el Hospital Donostia le colocaron dos placas para fijar el hueso que está en el lateral del ojo y en enero acudió a un instituto de microcirugía ocular en Barcelona en el que le pusieron una inyección directamente en el ojo en un novedoso tratamiento.

Superado el primer susto y las molestias del tremendo impacto y las posteriores intervenciones, Garikoitz Altuna se puso dos objetivos, recuperar el mayor porcentaje de visión posible e intentar poder recuperar su vida profesional.

Asumir el golpe

Sin embargo, el paso del tiempo y una recuperación no tan satisfactoria como hubiera deseado le han llevado a centrar todos sus esfuerzos en su salud ocular. «A decir verdad no tengo esperanzas de volver a la pelota. Me dejaron claro que, por muy bien que saliera la operación, no habría milagros, que recuperaría sólo una parte. Esta última operación ha consistido en quitar la membrana, que me perjudicaba algo la vista, pero la avería la tengo dentro y parece que para eso no hay remedio. Ahí no pueden meter mano y por eso he perdido la esperanza. Mi objetivo ahora es el de recuperar la vista lo máximo posible, pero veo imposible volver a la pelota», relató con serenidad.

Dentro de la desgracia del accidente, los dolores han desaparecido de la zona y el día a día es bastante llevadero e incluso ya puede hacer algo de ejercicio físico. «Para la vida normal no tengo problemas, sólo tengo problemas de visión. En el día a día no tengo problemas pero jugar al remonte exige tener la vista muy bien y para eso no me veo capaz», repite el delantero de Amezketa.

Además, el caprichoso destino quiso que el incidente se produjera en uno de los momentos más dulces de su carrera, cuando había alcanzado la semifinal del Parejas junto a Etxeberria III y cuando se codeaba con los mejores especialistas como Ezkurra y Zeberio en los cuadros delanteros. «Me da mucha pena porque estaba jugando muy a gusto. Es muy duro tener que dejarlo cuando estás disfrutando de la pelota, pero no hay más. Las cosas hay que cogerlas como vienen, con el máximo optimismo posible y hay que tirar hacia adelante», apuntó Garikoitz Altuna.

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