Raimundo Fitero
Así estamos
Tenemos presentadora, premiados famosos, pero buscamos cadena de televisión que quiera emitir, gratis, nuestra gala. Es un anuncio desesperado de la Academia de las Artes y las Ciencias Televisivas, que busca un lugar en alguna parrilla para emitir la gala que tendrá lugar el próximo día 9 de junio. El desafecto que las empresas tienen con los académicos empieza a ser lacerante, y si casi nadie entiende muy bien qué es y a qué se dedica la Academia, lo que todos saben es que sus galas de homenajes y premios son las peores de las peores, con lo que probablemente podría emitirse por alguna cadena subsidiaria para al menos entrar en algún programa de vídeos, o en YouTube, porque lo que se dice como material de mercado, en horario bueno, es decir de máxima audiencia, no lo quiere ni ver nadie.
Veremos si al final se emite en diferido, pero claro está, para grabarse, hay que tener un equipo técnico, unas cámaras, unos realizadores y eso cuesta dinero, y no sabemos si ese dinero existe o lo que se llama gratis total en su llamada de urgencia, significa que no cobra nadie de los que aparezcan derechos de imagen, ni cachet por presentar o entregar un premio como es habitual. Por cierto, los chicos de la Roja cobrarían seiscientos mil euros cada uno de los jugadores, que son veintitrés, más el equipo técnico y demás trabajadores, en caso de ganar el Mundial. ¿Es una burrada, una manera de demostrar que ellos son lo más de lo más y pasan de crisis? Pues sí, pero no, se llama precio de mercado, y si llegan a ganar esa Copa, tendrán mucha audiencia viendo sus partidos, muchos anuncios y moverán ese dinero.
A lo mejor el gran maestro de la gestión y de la ética periodística, según Rodolfo Ares, el casi perfecto Alberto Surio, compra, o colabora, en la emisión de la gala de la Academia. Después de todo, su porcentaje de audiencia en ETB-2 está bajando de manera imparable, y esto no lo bajaría más, pero demostraría que su misión es «normalizar» a base de infectos teleberris partidistas la televisión que pagan todos los vascos que cotizan en la CAV. Así estamos, en un año ha perdido tanta audiencia y credibilidad que en la privada sería de dimisión o cese.