Josemari Lorenzo Espinosa Doctor en Historia
Decretazo Celaá
En este momento, las personas más desacreditadas, impopulares y desgastadas en su ética social son los políticos autollamados oficiales o legales. Todo tipo de historias sobre corrupción, amiguismo, trampas, absentismo e incompetencia adjetivan cualquier referencia sobre ellos. Y, sin embargo, por una de esas maravillosas asquerosidades de su partitocracia, tienen más audiencia, poder y caché que nadie. ¿Cómo es posible que éstos y éstas, descalificados ad nauseam, se atrevan a diseñar y ordenar el currículum formativo de jóvenes con quienes llevan treinta años fracasando? ¿A quién se han encomendado para decirnos qué hay que estudiar o cómo conocer nuestra historia y convivencia? ¿Sobre qué bases morales edificarán la sociedad del futuro, cuando por su culpa ha quebrado la del presente? Resulta que estos políticos del amaño, dietas y kilometraje incluido, ahora se han convertido en cuentacuentos de la historia y sofistas del convivir. Mediante un oficio de Inquisición nos van a decir, un día de estos, quién es bueno y malo, quién víctima y quién verdugo... Empezando por ETA, claro. Porque para ellos la historia del mal empieza con el primer disparo de ETA y terminará el día de su rendición... ¿A que no se acuerdan que España y los españoles han matado cerca de 200.000 vascos desde el siglo XIX? Guerras carlistas, guerra civil, franquismo, transición, suyocracia, etc. ¿A que esto no sale en el decretazo Celaá?