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«Todo no se va a poder fabricar en China, tenemos mucho potencial»

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Agustín J. SÁENZ I Director General Adjunto de Fatronik (Tecnalia)

Fatronik se despide como empresa propia, ya que forma parte de la corporación Tecnalia. Agustín J. Sáenz señala que es un paso importante, que da dimensión para competir a una empresa especializada en robots. La Bienal es, para el directivo, una oportunidad de respuesta al mercado.

Juanjo BASTERRA |

El centro tecnológico Fatronik se ha integrado en la Unidad de Sistemas Industriales de Tecnalia. Su director adjunto, Agustín J. Sáenz, considera este año de transición por su integración en un grupo tecnológico puntero en la Unión Europea que ocupa a 1.700 personas y factura más de 145 millones al año. Sáenz entiende desde el stand que ocupa Fatronik en la 26 edición de la Bienal de Máquina Herramienta que «se debe mirar al futuro, por lo que hay que modificar el presente». Para él, la crisis es un obstáculo pero «hay que superarla, tenemos que anticiparnos al futuro, que llegará y debemos estar preparados».

¿Cómo ve la crisis desde esa atalaya de un centro tecnológico?

Hay dos tipos de comportamiento entre las empresas. Unas están parando las inversiones en I+D y cualquier tipo de gasto que no tenga impacto positivo en la cuenta de explotación de este año. Es entendible desde la ansiedad que provoca la crisis económica. Pero otro comportamiento que está sucediendo entre las empresas con expedientes de regulación es que están parando casi todo, pero no dejan las inversiones en I+D. La razón lógica que argumentan, y que es así, es que si salimos, tenemos que hacerlo en la mejor condición posible. Quiere decir que, mientras mi competencia está parada, yo invierto en un producto que va a salir dentro de dos años, pero que me va a dar una ganancia competitiva. Porque 2015 llegará, pero es imposible sin pasar por 2011, el 12, el 13 y el 14. Creo que hace falta que las compañías inviertan ahora para potenciar su salida. Hay algunas que están invirtiendo más que antes en I+D, siguiendo esa pauta, y otras recortan gastos.

¿Estas últimas porque están obligadas porque la crisis puede con ellas?

Sí. Están muy obligadas, porque la crisis ha llegado de forma repentina y estructural, casi no te queda margen de maniobra. Entiendo a las empresas que frenan su inversión en innovación porque no tienen para pagar la nómina y están con expedientes de regulación. No pueden gastarse 500.000 euros o un millón para obtener resultados dentro de tres años. Es un discurso complicado, pero es cierto que si no lo hago ahora y me adelanto, luego con la salida de la crisis dentro de tres años puedes estar el último de la fila.

¿La recesión va a poner a cada uno en su sitio?

Se va a producir una cierta reordenación de la filosofía de empresa. Pensamos que es el momento de apostar por lo que es estratégico, a veces será por I+D y otras, en personas, en formación o en alianzas internacionales para salir de la crisis. Lo que cada uno entienda por estratégico, pero es necesario invertir en la medida que se pueda.

Fatronik, dentro ya de Tecnalia, está especializada en robots, ¿nos van a quitar el empleo?

No. Todo lo contrario. Lo que van a hacer es que mantengamos unos índices de productividad para seguir teniendo un mundo fabril potente. En enero, la oficina de Barack Obama sacó un comunicado potente en Estados Unidos que considera la fabricación como un elemento de seguridad nacional, porque ha habido una tendencia a desinvertir en fabricación e irse al sector de Servicios. En el momento que dependes al 100% de los elementos productivos de terceros países, te das cuenta de que no tienes capacidad productiva y se destroza la balanza. La Administración estadounidense se ha dado cuenta de eso.

¿Los vascos, que somos fabricantes, les sacamos ventaja a los estadounidenses?

En esto y en otras cosas, por supuesto. Creo que sí hay un cierto riesgo de seguidismo mal entendido en Estados Unidos de pasarse a los servicios. Cuando reculen, que lo harán, todavía nos encontraremos en otro estadio de la crisis. Ellos quieren darle la vuelta a esa situación. Tenemos que ser conscientes de lo que somos, lo que tiene este país en potencialidad y debemos desarrollar la capacidad de nuestra industria. Tenemos que renovarnos, pero ni radicalizarnos ni desaparecer del mundo fabril. La Bienal de esta semana es buena muestra de eso. Tenemos una potencia fabril que no podemos obviar, porque no creamos que todo se va a fabricar en China. No. Todo no se va a fabricar en China, se fabricarán unas cosas y aquí otras.

¿Qué propone?

Tenemos que mantener un nivel de eficiencia productiva suficientemente bueno para que las cosas que hagamos sean las mejores del mundo. Eso pasa, me temo, por incorporar robots avanzados trabajando con personas, gente trabajando con robots porque aporta mucho valor añadido. Es una ayuda, lejos de ser una amenaza.

¿Qué va a cambiar en Fatronik al entrar en la corporación Tecnalia?

Potencialidad. Hay muchas cosas que en I+D hablar de porcentaje no vale, hay que hablar del valor absoluto. Decir que gastamos el 1% del PIB, no dice nada, porque no es lo mismo el 1% de Estados Unidos, que de Dinamarca, de Euskadi o de Gipuzkoa. Hay que tener masa crítica. Con Tecnalia tenemos fortaleza para poder atacar problemas estructurales de una manera potente y competir de igual a igual. Ahora estamos en «champions», de repente hemos notado que nos llama gente que no nos llamaba antes. Boeing te recibe porque tienes potencial.

¿Les ha abierto más puertas?

Sin duda. Hay capacidad de encontrar sinergias. Ejemplos como el de sexar pescado con un robot sólo es posible con una combinación de Fatronik y Azti, que es conocedor del pescado y nosotros de los robots. Trabajanos en nuevos desarrollos para el mundo eólico. La gente de la energía y la nuestra nos ponemos de acuerdo. En el coche eléctrico, en otros proyectos de automoción y energía. Antes pasaba por acuerdos entre empresas, ahora somos los mismos.

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