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Karzai liberará a cientos de presos encarcelados sin prueba alguna

En lo que se interpreta como un gesto de buena voluntad hacia los talibán de cara a iniciar conversaciones de paz, el presidente afgano, Hamid Karzai, anunció ayer que estudiará la situación de cientos de presos y que pondrá en libertad a aquellos que hayan sido encarcelados por su supuesta vinculación con los insurgentes sin que exista ninguna prueba concluyente en su contra.

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Karim TALBI (AFP)

El presidente afgano, Hamid Karzai, ordenó ayer que se reexaminen las causas de cientos de presos sospechosos de estar relacionados con los insurgentes, un gesto de buena voluntad hacia los talibán con el objetivo de acabar con la guerra.

«El presidente ha firmado un decreto que designa una comisión encargada de reexaminar las causas abiertas en base al artículo 8 de la resolución adoptada al final de los tres días de jirga [asamblea tribal] consultiva nacional de paz», indicó la Presidencia en un comunicado.

El artículo 8 establece que el Gobierno afgano «debe tomar medidas inmediatas para liberar de la prisión a aquellos que han sido detenidos debido a informaciones incorrectas».

Varios cientos de personas se encuentras actualmente encerradas en las cárceles afganas y en la prisión de Bagram, al norte de Kabul, bajo control estadounidense.

La comisión, dirigida por el ministro de Justicia, estará compuesta por miembros del Tribunal Supremo, de la comisión de reconciliación, de la Fiscalía General y asesores jurídicos del presidente Karzai.

«La comisión procederá a reexaminar coherentemente las causas y liberará a aquellos que hayan sido detenidos sin pruebas legales de su culpabilidad», subraya la Presidencia.

Las autoridades afganas no han precisado si el decreto presidencial afecta a la prisión de Bagram, en la que están encerrados 800 afganos. Esta cárcel, en vías de ser transferida a las autoridades afganas, sigue bajo control de EEUU.

«La comisión comenzará a trabajar en varios días y su primera tarea serán nuestras prisiones», se limitó a declarar a France Presse un portavoz de la Presidencia.

Preguntado al respecto, el portavoz del representante civil de la OTAN en Afganistán, Tony White, no confirmó si las fuerzas internacionales permitirán a las autoridades afganas examinar las causas de los afganos detenidos por la alianza occidental.

«Estamos dispuestos a trabajar con el Gobierno» sobre los resultados de la jirga y las decisiones adoptadas por el Ejecutivo de Karzai», dijo simplemente White.

Se trata de la primera medida que toma el Jefe del Estado afgano tras la Jirga de la Paz, una asamblea tradicional que la semana pasada reunió a 1.600 representantes de las tribus y la sociedad civil afgana.

Tras tres días de debates, la jirga aprobó una resolución de 16 puntos para acabar con la guerra en Afganistán.

La jirga, que sólo tiene un carácter consultivo, fue convocada por Karzai en el marco de sus intentos de abrir negociaciones con los talibán.

Los talibán insisten en que no dialogarán hasta que no se produzca una retirada de las tropas extranjeras y en los últimos dos años han intensificado considerablemente su insurrección.

«Informaciones falsas»

Sin embargo, los delegados de la jirga insistieron en la necesidad de reclamar a las fuerzas internacionales que liberen, «como señal de buena voluntad», a los afganos detenidos «debido a informaciones falsas».

Defensores de los derechos humanos también denuncian habitualmente que en Afganistán continúan produciéndose detenciones arbitrarias.

La prisión de Bagram es «la única», según la OTAN, bajo control de las fuerzas internacionales.

Los presos de Bagram, encarcelados desde hace años sin posibilidad de recurrir, están considerados como prisioneros de guerra detenidos en el campo de batalla. No disponen de abogados y no saben qué cargos existen contra ellos.

Destituyen a altos cargos de seguridad por el ataque a la «jirga»

Hamid Karzai destituyó ayer al ministro del Interior, Mohammed Hanif Atmar, y al jefe de los servicios secretos, Amrullah Saleh, por no haber podido evitar los ataques contra la jirga por parte de los talibán.

«Dado que las explicaciones ofrecidas por el ministro del Interior y el director de Seguridad Nacional no fueron convincentes, el presidente Karzai aceptó la dimisión de ambos», señaló un comunicado del Palacio Presidencial.

El actual viceministro del Interior, Munir Mangal, reemplazará a su superior inmediato, mientras que Ebrahim Spinzada asumirá la jefatura de los servicios secretos, ambos de forma provisional hasta que se designen otros sustitutos.

Durante la inauguración de la jirga el pasado miércoles un cohete cayó en el área de Badam Bahg, a unos 600 metros de la carpa habilitada para la reunión, justo cuando Karzai pronunciaba su discurso de apertura del evento.

Poco después, otro proyectil llegó a penetrar en el recinto, a unos 50 metros de la tienda de campaña que congregaba a los 1.600 delegados. Ninguno de los dos proyectiles provocó víctimas.

Las autoridades afganas dijeron el mismo día haber abortado un asalto suicida al haber matado a dos insurgentes y arrestado a un tercero equipados con lanzagranadas y chalecos explosivos adosados a sus cuerpos.

En una rueda de prensa, el portavoz de Interior, Zemarai Bashary, señaló ayer que las fuerzas afganas arrestaron a un total de quince talibán tras el ataque a la jirga. GARA

otan

Al menos cinco soldados de la OTAN murieron ayer en distintos puntos del sur y el este de Afganistán, según informó la alianza militar occidental en un comunicado.

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