Un hombre que rompió un dedo a un celador de Osakidetza ha sido condenado a pagar una multa de 1.260 euros y a compensar a su víctima con otros 2.000, mientras que una segunda persona que al parecer lanzó al suelo a una auxiliar de clínica deberá cumplir una pena de cinco días de localización permanente. Según la sentencia del caso, los hechos ocurrieron sobre las 8.30 del 28 de mayo de 2007 en el Hospital Donostia, tras una discusión entre ambos acusados.