EIBAR 0

ONTINYENT 1

El Eibar aplaza un año su regreso a Segunda A. Los azulgranas no sólo no pudieron voltear el resultado de El Clariano (2-1), sino que además volvieron a caer frente al Ontinyent, que jugará la eliminatoria definitiva.

Merecidamente, porque fue mejor. No tanto en el choque de ida, bastante más igualado, pero sí en el de Ipurua. Javier Mandiola ya había reconocido a lo largo de la semana que si su equipo no era capaz de ganar uno de los dos partidos no merecería pasar de ronda. Lamentablemente, no lo fue.

Y es que los azulgranas ofrecieron una imagen muy floja en el encuentro definitivo. Algo tuvo que ver el Ontinyent, que jugó prácticamente como quiso, y también el árbitro, que no estuvo fino y que incluso pudo tener algo que decir en el resultado final, al anular un gol de Jon Altuna por un fuera de juego muy discutido. Una diana que habría decidido la eliminatoria, no en vano llegaba en el minuto 84, sólo uno antes de que los valencianos sentenciaran el choque.

Fueron, posiblemente, los momentos más destacados de una tarde que arrancó con un Eibar brioso, pero que el Ontinyent no tardó en llevar a donde le convenía. Pasados los primeros veinte minutos, el equipo blanquinegro se había hecho con el control del juego y aunque no metía demasiado miedo -la defensa armera anduvo casi tan fina como la rival-, sí dejaba claro que el Eibar iba a tener que sudar tinta para neutralizar la desventaja de la ida. Y como quiera que, si algo le faltaba al cuadro azulgrana era, precisamente, chispa, el partido no tardó en empezar a pintar mal.

Pero un gol valía. Y un gol puede llegar de cualquier manera y en cualquier momento. Así que los eibarreses no perdieron la fe, lo que les permitió, a trompicones, enlazar alguna jugada de peligro. Un gol de Altuna anulado por fuera de juego -esta vez claro- , una falta de Sutil que Rangel desvió a córner junto al larguero o un balón peinado por Javi Gómez que Altuna, rodeado de contrarios, no pudo rematar en condiciones.

El propio jugador ibartarra protagonizó -ya con toda la pólvora sobre el césped, incluyendo los especialistas en ascensos Lluis Codina y Manu García-, a sólo seis minutos del final, lo que podía haber sido la jugada del partido. Un centro de Sutil que Altuna cabeceó a gol... y que Fernández Pérez anuló por fuera de juego.

Lo que, pese a todo, podía haberse convertido en el chispazo definitivo para los armeros, no fue sino el preámbulo de su condena. Y es que sólo un minuto después, el Ontinyent tiró de su gran especialidad, el contragolpe, para que Montañés batiese a Zigor, sentenciando partido y eliminatoria, y anclando al Eibar a Segunda B.