Ni el más optimista hubiese pensado en una victoria así. No sólo por el hecho de sacar los tres puntos en el empeño de lograr la permanencia, sino por el modo y ante el rival con el que lo hizo el Real Unión.

Cuando más lo necesitaba y el margen de error cada vez es menor, los irundarras sacaron la casta que les ha caracterizado a lo largo del año en momentos puntuales para acercarse al objetivo prioritario, que se encuentra a un punto, ya que está empatado con el Albacete, primer equipo que ocupa la zona de la salvación.

Impresionante fue el comienzo del duelo, así como el encuentro entero, uno de los mejores y más completos de la temporada. Eso sí, el Levante comenzó muy serio, con aproximaciones en el área defendida por Jauregi. Pero las ocasiones no eran claras.

Entonces el Unión se puso manos a la obra sin dejar todo para la segunda parte. De este modo, y con el olfato de gol ajustado, no tardaron los irundarras en batir la meta de Reina. En el minuto 7, Domínguez aprovechó un rechace dentro del área para establecer el 1-0.

Las aspiraciones inmediatas de ascenso del cuadro levantinista pasaban en gran medida por sacar algún punto en Gal, y dispuso de dos ocasiones claras por parte de Javi Guerra que el delantero no supo aprovechar.

En la reanudación, el Unión se empeñó aún más en sacar los tres importantísimos puntos. Iñaki Alonso, desde la grada, dio la orden de sacar a Markel Robles para reforzar el medio campo y también incorporó a Juanan Seguro, quien aprovechó a la perfección su oportunidad al marcar el segundo gol.

El Levante no se rindió y en la última jugada del partido, ya en el descuento, Xisco Muñoz, con un remate de cabeza ajustado al palo, recortó diferencias.

Con el último pitido del colegiado el Stadium Gal explotó de alegría, una euforia que tiene que seguir en las dos últimas grandes finales ante Córdoba fuera y Hércules en casa.