El fiscal de Toulouse, Michel Valet, encargado del caso de Jon Anza desde que se encontrara su cadáver hace ahora tres meses en la morgue del Hospital Purpan, ha afirmado en el diario local ``La Dépêche du Midi'' que, efectivamente, no hubo investigación alguna para identificar el cuerpo del militante donostiarra.

Reconoce que, a raíz del «descubrimiento» del cuerpo de Anza, se han revisado todos los casos de los cadáveres depositados en el instituto forense de Rangueil, donde el más antiguo se conserva desde hace más de siete años y medio.

Ha sido, precisamente, al hacer alusión al caso de este cuerpo sin identificar -el de un varón que apareció ahogado en la Garona en octubre de 2002- que el fiscal de Toulouse ha reconocido que, en el caso de Jon Anza, no se procedió a una investigación judicial para intentar identificarlo.

Conservar el cadáver

En el caso del ahogado sí la hubo aunque el juez instructor no llegó a establecer su identidad. Sin embargo, «con la esperanza de poder hacerlo algún día», el magistrado no dio el correspondiente permiso de inhumación y su cadáver sigue en el depósito desde entonces. Es más, tras la aparición del militante vasco, se ha reactivado la investigación para intentar, de nuevo, conocer su identidad.

Valet considera que el cadáver del ahogado no ha sido «olvidado porque, contrariamente al caso del vasco, sí se efectuó una investigación».

Es la primera vez que un responsable judicial reconoce la ausencia de averiguaciones judiciales pero, no por ello puede deducirse que la presencia del cuerpo de Anza en la morgue del Purpan fuese desconocida o que se trate de un «olvido» .

El intercambio de correos electrónicos entre dicho hospital, la fiscalía y la Policía judicial, del que GARA daba cuenta en su edición del pasado 30 de marzo, atestiguarían de que, en realidad, su presencia era conocida ya que, entre otras instrucciones, los responsables hospitalarios recibieron la orden de no inhumar al fallecido.

La comunicación mantenida entre los diferentes servicios competentes y el hospital habría sido «intensa» antes y después del óbito.

Después de que el 11 de marzo se hiciera público el «hallazgo» del cadáver de Anza, los servicios policiales achacaban al hospital una serie de «disfunciones» en un intento de trasladar la responsabilidad de la no identificación al centro sanitario.

Hubo instrucciones

Éste, sin embargo, emitió una nota oficial donde afirmaba que habían seguido el protocolo habitual e informado, hasta en tres ocasiones, del ingreso de una persona no identificada. Es más, en las fechas en que la familia de Jon Anza daba a conocer su desaparición -mediados de mayo de 2009, sólo unos días más tarde de su fallecimiento- el hospital reiteró su petición de instrucciones a la autoridad competente.

Tras el fallecimiento del militante el 11 de mayo de 2009, la propia morgue del Purpan también trasladó otro requerimiento por email para saber qué hacer con el cuerpo que estaba en el depósito, a lo que se le contestó que «la Policía judicial lleva una investigación» y se le conminó a que lo conservara.

Una investigación que, por lo manifestado ahora por el fiscal Michel Valet, oficialmente nunca tuvo lugar.