Diego Armando Maradona está considerado uno de los cuatro mejores futbolistas de la historia. Su trayectoria tanto vital como deportiva está plagada de luces y sombras. Con un talento futbolístico indiscutible, la polémica le ha acompañado en buena parte de sus acciones. Por ejemplo, su despedida del Mundial no pudo ser más triste.

El 25 de junio de 1994, en Boston, Argentina se midió a Nigeria durante un encuentro correspondiente a la primera fase del torneo celebrado en EEUU. La albiceleste venía de derrotar por cuatro a cero a Grecia. Un partido en el que Maradona anotó un gran gol y que celebró con un éxtasis desmedido ante una cámara de televisión. Los argentinos vencieron por dos a uno a las águilas. Sasia adelantó a los africanos, mientras que Claudio Caniggia anotó los dos tantos que propiciaron la remontada argentina.

A la conclusión del encuentro, dos integrantes del personal sanitario recogieron a Maradona sobre el césped para llevarlo a la zona donde se realizaban los controles antidopaje. El resultado del mismo se conoció días después, «positivo por efedrina». Fue el fin de el pelusa. Expulsado del campeonato, no volvió a vestir la camiseta de su selección. Esa albiceleste a la que había llevado a la gloria en la edición de 1986.

Fue un niño prodigio

Nacido en suburbio bonaerense, Maradona destacó desde chico en una pobre y numerosa familia. Sus primeros pasos con una pelota despertaron el interés de varios clubes, siendo Argentinos Juniors el equipo que se llevó el gato al agua. Con los bichos colorados se estrenó en la máxima categoría y su descarte fue la decisión más polémica en la lista de Menotti para el Mundial de 1978. Los argentinos se hicieron con la copa y pocos se acordaron de la ausencia de Diego en un campeonato marcado por la durísima dictadura y represión militar que ahogaban al país.

Un año después, Maradona fue la figura indiscutible del Mundial juvenil disputado en Japón. Fue su presentación a gran escala junto a su participación en un amistoso de la absoluta ante Inglaterra en el antiguo Wembley. En 1981 fichó por Boca cumpliendo uno de sus sueños. Era la gran promesa del fútbol mundial y Núñez lo fichó para el Barcelona a cambió de 1.200 millones de pesetas.

Marcajes de Gentile y Goikoetxea

Con su pase a la entidad catalana ya confirmado, Maradona afrontó el Mundial de España con una importante presión sobre sus espaldas. El país estaba inmerso en la Guerra de las Malvinas y ansiaba reeditar el título. Nada más lejos de la realidad. Una mala primera fase con derrota ante Bélgica les condenó a una segunda ronda en la que se vieron las caras con Brasil e Italia. En el partido ante la Azzurra, Gentile le sometió a un férreo marcaje y dejo sin efecto su talento. Ante la Canarinha, el 10 perdió los papeles y agredió a Batista. Fue su discreto estreno.

Su carrera prosiguió en Barcelona, por donde pasó con más pena que gloria. El primer año estuvo marcado por una hepatitis que contrajo y que le impidió participar en buena parte del curso. Aún así, ganó la Copa. En la segunda campaña, una entrada de Goikoetxea le dejó fuera de combate. Volvió para el tramo final de Liga donde la armó. Primero agrediendo a un jugador del Espanyol en la última jornada y, después, montando la recordada pelea en la final de Copa ante el Athletic.

Ídolo en el San Paolo de Nápoles

Los culés se lo quitaron de encima y Maradona recaló en Nápoles. En el sur de Italia fue un auténtico ídolo y llevó al equipo del San Paolo la conquista de Liga y UEFA. Al mismo tiempo, deslumbró con Argentina en la Copa del Mundo de México. En el Azteca convirtió a un equipo mediocre en campeón. Su estrella se apagó con el Mundial de Italia donde acabó insultando al público transalpino. Poco más tarde fue arrestado por su relación con las drogas.

Tras cumplir una sanción de 15 meses por cocaína, regresó a la alta competición en Sevilla. Junto a La Giralda tampoco brilló, se peleó con Bilardo y volvió a su país. Allí, lo intentó con Newell's y se hizo con un sitio en la albiceleste que viajó a EEUU. Su gol ante Grecia desató la ilusión, pero el posterior positivo ante Nigeria acabó con su carrera al más alto nivel. Esta tarde, regresa a un Mundial como técnico de un equipo que cuenta con Lio Messi como gran estrella.